domingo, 11 de septiembre de 2016

Los 100 partidos más inolvidables en Mundiales, parte 5

PUESTO NÚMERO 60
Italia vs. España (31 de mayo de 1934)



Italia: Combi; Allemandi, Monzeglio; Meazza, Monti, Pizziolo, Castellazzi; Schiavio, Guaita, Orsi, Ferrari. DT: Pozzo.
España: Zamora; Ciriaco, Quincoces, Regueiro; Muguerza, Cilaurren; Fede, Gorostiza, Iraragorri, Lafuente, Lángara. DT: García.

En la bella ciudad de Florencia (dicen que es linda, nunca fui, pero ¿que Florencia no es bella?), hace muchos años ya, Italia y España se dieron de lo lindo. Cuartos de final del Mundial de 1934. Los italianos debían ganar o ganar el torneo. Tras aplastar a Estados Unidos en octavos, era el turno de enfrentar a los ibéricos, que se habían cargado a Brasil. El encargado de impartir “justicia” fue el belga Baert, y las comillas están bien puestas. Lo que pegaron. Italia hizo lo que quiso, aunque eso no significa que España se destacó en el juego limpio. A los 29 minutos, el visitante se adelantó en el marcador. El autor del gol fue Regueiro, tras capturar una pelota viva (?) tras un disparo de Lafuente. Epa.

Los italianos fueron con todo a buscar la igualdad, no necesariamente haciendo cosas permitidas por el reglamento. Y alcanzaron su objetivo, a falta de un minuto para el descanso, con sus armas más utilizadas: centros y ayudas arbitrales (?). Pizziolo remató desde afuera del área, Zamora atajó pero dio rebote, allí fue cuando Schiavio le cometió una clara infracción al arquero y no lo dejó hacer nada ante el remate de Ferrari. El árbitro no solo no cobró falta, sino que convalidó el gol, claramente. Empate. En el segundo tiempo, se siguieron pegando, no generaban situaciones de gol, solo se pegaban, el fútbol que le gusta a la gente. El partido terminó, y de acuerdo con las reglas de la época, se debía jugar un partido desempate al día siguiente.

Tanta violencia hubo en el primer encuentro, que España tuvo que realizar siete cambios por lesión (!), incluido a su arquero Zamora, que terminó con dos costillas rotas. Italia “solo” tuvo cuatro lesionados de cara a este partido. La “revancha” fue arbitrada por el suizo Mercet, y lo suyo fue aún peor que lo de Baert. Los italianos pegaron todavía más, con total impunidad, y los españoles, casi con un equipo alternativo, poco pudieron hacer. Ganó Italia 1-0, con gol de Meazza en una jugada que, obviamente (?), no debió ser convalidada. ¿Porque? De un tiro de esquina vino el gol, cuando salió el arquero a cortar el centro, recibió una infracción que le cortó la carrera, permitiendo al italiano cabecear y anotar. Luego de este partido, Mercet fue suspendido de por vida para arbitrar internacionalmente. Pero el daño ya estaba hecho, Italia había pasado a semifinales.

PUESTO NÚMERO 59
Argentina vs. Polonia (14 de junio de 1978)



Argentina: Fillol; Olguín, Galván, Passarella, Tarantini; Bertoni, Ardiles, Gallego, Valencia (Villa); Houseman (Ortiz), Kempes. DT: Menotti.
Polonia: Tomaszewski; Maculewicz, Szymanowski, Żmuda; Nawałka, Kasperczak, Masztaler (Mazur), Deyna; Lato, Szarmach, Lubański. DT: Gmoch.

Tras perder con Italia, Argentina cayó al grupo B de la segunda fase, y el debut era con Polonia, que había ganado su grupo por encima del defensor del título, Alemania Occidental. Cabe recordar que los polacos fueron terceros en el 74, pero su equipo estaba en pleno recambio. Aún así, era un duro rival. La cancha de Rosario Central fue la sede del partido, e iban solo 16 minutos cuando un ídolo del canalla abrió el marcador, hablo de Kempes, claro está. Bertoni la tenía por izquierda y metió un gran centro apuntando a la puerta del área chica. El arquero Tomaszewski no salió, y el Matador anticipó a su marcador, para de esa manera poder abrir el marcador.

Antes de que terminara el primer tiempo, se dio una jugada famosa. Tiro libre al lado de la línea del arco que ejecutó muy bien Deyna, hubo un rebote, Fillol quedó fuera de la jugada, y cuando Maculewicz cabeceó la pelota con destino de empate, el propio Kempes voló como si arquero fuese, y sacó la pelota. Penal para Polonia. En aquella época, esa jugada no se castigaba con roja, así que el Matador siguió en cancha. Deyna pateó el penal, pero tiró una masita que fue atajada por Fillol. Polonia merecía más, pero seguía perdiendo. Y encima, luego Kempes anotó su segundo gol, tras una gran corrida de Ardiles, la bocha le quedó al bueno de Mario, que se acomodó para su zurda, haciendo que su marca pasara de largo, y anotó con un gran remate cruzado.

¿Que habría sido del Mundial 78 si Kempes no volaba y atajaba ese cabezazo? Apenas terminó el partido, algunos medios brasileños, que integraban la misma zona de Argentina y Polonia, comenzaron a difundir que le había dado positivo el doping al goleador. Era falso, puesto que al bueno de Mario ni siquiera fue llamado a control tras ese partido. Llorones (?).

PUESTO NÚMERO 58
Hungría vs. Brasil (27 de junio de 1954)



Hungría: Grosics; Buzánszky, Lantos, Bozsik; Lóránt, Zakariás; Tóth, Czibor, Tóth, Kocsis, Hidegkuti. DT: Sebes.
Brasil: Castilho; Djalma Santos, Nílton Santos, Brandãozinho; Pinheiro, Bauer; Julinho, Didí, Baltazar, Maurinho, Humberto. DT: Zezé Moreira.

Una de las tantas joyas que dejó el Mundial de Suiza fue la llamada “batalla de Berna”, tal como fue bautizado el duelo entre húngaros y brasileños por la instancia de cuartos de final. El partido pasó a la historia por ser uno de los más, digamoslé así, “sucios”. En jerga que todos entendemos, se cagaron a palos. Para empezar, el encuentro fue bajo la lluvia, o sea que el campo de juego estaba complicado. Para colmo, a los 7 minutos, Hungría ya ganaba 2-0, con goles de Hidegkuti y de Kocsis. Brasil de a poco comenzó a controlar el partido, pero los europeos recurrían a las faltas para cortar su juego, ante la atenta mirada del referí inglés Ellis.

Pero a los 18, la falta fue adentro del área (?), y Djalma Santos anotó de penal el descuento. El partido, a pesar de la violencia, era muy bueno. A los 15 del complemento, Lantos de penal puso el 3-1. Pero minutos antes, cuando el árbitro cobró penal, los hinchas y periodistas sudamericanos invadieron el campo, y tuvieron que ser retirados por la policía suiza. Ya se había calentado todo. Se empezaron a suceder faltas cada vez más violentas, pero en eso, Brasil volvió a descontar, por intermedio de Julinho. Minutos después, Nílton Santos le cometió una fuerte infracción a Bozsik, y se fueron a las manos. Tras los golpes de puño, ambos fueron expulsados. Casi lo empata Brasil con un tiro que dio en el travesaño, mientras los ánimos se caldeaban cada vez más. A 10 minutos del final, también fue expulsado Humberto, por agredir a un rival, y a los 43, llegó el 4-2 definitivo, por intermedio de Kocsis.

Terminado el partido, se dice que el legendario Puskás (ausente por lesión en este partido), le tiró un botellazo a Pinheiro, lo que desencadenó más caos. Los jugadores brasileños se metieron en el vestuario húngaro, y se empezaron a pegar. Sebes, el entrenador de Hungría, terminó con la cara cortada y tuvieron que hacerle puntos. Dicen que en la pelea en vestuarios también participaron hinchas, y que hubo desmayados. La FIFA optó por no sancionar a ninguno de los dos equipos, y prefirió que cada federación se encargara de la disciplina. Hermosa lavada de manos. Ellis, el árbitro, declaró después que esperaba ver el mejor partido del mundo, pero se encontró con una barbarie, y que su único objetivo era que el partido terminara, puesto que con la violencia de las faltas, debería haber echado a varios jugadores más.

PUESTO NÚMERO 57
España vs. Holanda (13 de junio de 2014)



España: Casillas; Azpilicueta, Piqué, Ramos, Alba; Silva (Fàbregas), Xavi, Busquets, Xabi Alonso (Pedro), Iniesta; Costa (Torres). DT: del Bosque.
Holanda: Cillessen; Vlaar, De Vrij (Veltman), Martins Indi; Janmaat, De Jong, De Guzmán (Wijnaldum), Blind; Sneijder; Van Persie (Lens), Robben. DT: van Gaal.

Estos dos equipos se enfrentaban entre si en la primera fecha del grupo B. El detalle de que se habían enfrentado en la final del Mundial anterior no es menor, pero ya era borrón y cuenta nueva. El gol de Iniesta y la patada de De Jong al pecho de Xavi Alonso eran cosa del pasado. Iban 25 minutos cuando Costa, solo en el área ante cuatro defensores, recibió una tonta infracción. Penal que Xavi Alonso cambió por gol sin mayores problemas. Parecía que el campeón defensor comenzaba bien. Bueno, no fue así. Antes de que terminara el primer tiempo, llegó un gol que seguramente quedará en el imaginario colectivo. Quizás sea muy pronto, pero la palomita de Van Persie pasará a la historia. Hermoso gol para poner el empate.

En el segundo tiempo, fue todo de Holanda. A los 6 del complemento, Blind mandó otro pelotazo desde su sector, igual que en el empate. Esta vez, Robben la bajó magistralmente, enganchó e hizo pasar de largo a Piqué, y marcó el 2-1. Y España dejó de existir (?). A los 19, De Vrij anotó el 3-1, tras un tiro libre-centro de Sneijder. ¿Hubo falta de Van Persie a Casillas? Me parece que si, pero el italiano Rizzoli no cobró (si, el mismo que dirigió la final). Había tiempo para un blooper, pues a los 27, Ramos tocó hacía atrás la pelota, Casillas la dominó pésimo, se le fue dos metros larga, y Van Persie se la robó y marcó el cuarto.

Era goleada, pero no estaba todo terminado, porque faltaba uno más, a los 35, cuando ante un pelotazo y a pesar de arrancar varios metros atrás, Robben le ganó en velocidad a su marcador. Hizo dos enganches para dejar desparramado a Casillas, y definió contra el palo. El debut del campeón defensor fue un papelón, comiendosé CINCO goles, algo nunca visto. Luego, lo que todo sabemos, España afuera en primera ronda, siendo el quinto campeón que queda eliminado en dicha instancia, y Holanda terminó quedando tercera en este gran Mundial, que difícilmente podremos olvidar.

PUESTO NÚMERO 56
Portugal vs. Holanda(25 de junio de 2006)



Portugal: Ricardo; Miguel, Meira, Carvalho, Valente; Costinha, Maniche; Figo (Tiago), Deco, Cristiano Ronaldo (Simão); Pauleta (Petit). DT: Scolari.
Holanda: Van der Sar; Boulahrouz, Ooijer, Mathijsen (Van der Vaart), Van Bronckhorst; Van Bommel (Heitinga), Sneijder, Cocu (Vennegoor of Hesselink); Van Persie, Kuyt, Robben. DT: Van Basten.

Se pegaron con de todo. Este encuentro, válido por los octavos de final de Alemania 2006, tiene el récord de ser el encuentro con mayor cantidad de tarjetas en un Mundial: 16 amarillas y cuatro rojas. El partido en si dejó muy poco. Ganó Portugal 1-0, con un gol de Maniche a los 23, tras un centro desde la derecha que Pauleta pivoteó para el volante cachetón (?), que se sacó un hombre de encima y definió bien contra el palo del largo Van der Sar. En el segundo tiempo, Cocu primero y Kuyt después desperdiciaron claras chances de empate. El primero remató solo casi en el área chica y le dio al travesaño, y el segundo definió mal en un mano a mano, al que también es cierto que no llegó bien pisado. Pauleta tuvo la chance del 2-0 en el primer tiempo, pero fue muy bien tapado por el arquero.

Ahora, la cuestión, las patadas. Se pegaron todo el partido, y podría haber habido varias tarjetas más. Los que vieron la roja fueron dos por lado, Costinha y Deco por Portugal, Boulahrouz y van Bronckhorst por Holanda, en todos los casos, la roja llegó por doble amonestación. El primero en irse fue Costinha, por una mano, a los 46 del primer tiempo. Luego le tocó a Boulahrouz, a los 18 del complemento, por un manotazo en la cara de Figo. Vale decir que Boulahrouz fue amonestado a los tres minutos de partido por una patada a Cristiano Ronaldo, que lo lesionó y lo obligó a dejar el encuentro pasada la media hora de juego. A los 33 del segundo tiempo fue expulsado Deco, que vio la segunda amarilla cinco minutos después de la primera. ¿Porque lo echan? Por no darle la pelota a Cocu tras el cobro de una infracción. El holandes lo tomó de los hombros y lo tiró al piso, pero no recibió sanción. Pero hay que decir que la primera amarilla a Deco era para roja directa, por una patada de atrás y totalmente medida hacía la humanidad (?) de Heitinga. La última roja fue a los 50 del complemento, cuando el partido moría y Portugal estaba con un pie en cuartos de final. Le tocó a Van Bronckhorst, por una falta sobre Tiago.

El árbitro de ese encuentro fue el ruso Valentín Valentinovich Ivanov, hijo de Valentin Kozmich Ivanov, futbolista medallista de oro en los Juegos Olímpicos de 1956 y campeón de la Eurocopa 1960, y de Lidiya Ivanova, gimnasta ganadora de dos medallas de oro y una de plata entre los JJOO del 56 y del 60. Como sea, Ivanov hijo también fue futbolista entre el 79 y el 86, y es árbitro en la Premier rusa desde el 93. ¿Que tiene que ver esto con lo otro? Nada, pero me pareció un dato simpático (?).

PUESTO NÚMERO 55
Suiza vs. Alemania (9 de junio de 1938)



Suiza: Huber; Minelli, Lehmann; Lörtscher, Springer, Vernati; Abegglen, Aeby, Amadò, Bickel, Walaschek. DT: Rappan.
Alemania: Raftl; Streitle, Goldbrunner, Janes; Skoumal, Kupfer; Hahnemann, Stroh, Szepan, Lehner, Neumer. DT: Herberger.

Alemania había terminado en el tercer puesto en la Copa de 1934. De cara a los Juegos Olímpicos del 36, donde eran locales, había mucho en juego, pero el equipo fracasó y quedó afuera en cuartos. Se cambió al cuerpo técnico, y a partir de ello y poco a poco (?), los alemanes comenzaron a hacerse muy fuertes. Tanto así que durante 1937, Alemania no perdió ningún partido, y lógicamente se convirtió en un serio candidato para el Mundial de 1938. Más aún cuando Hitler decidió (?) anexar a Austria, que en aquellos años era una potencia (cuarto puesto en el Mundial 34 y medalla de plata en los Juegos del 36, aunque este logro fue gracias a un descarado robo a la selección de Perú), incluso mucho más fuerte que los alemanes. Ante esto, no se podía considerar a Alemania como un equipo a tener en cuenta.

Le tocó jugar el partido inaugural de la Copa del 38 ante Suiza. Jugaron un 4 de junio. En la previa, los alemanes hicieron el saludo nazi, lo cual no cayó muy bien en las gradas francesas (?). El encuentro terminó igualado 1-1. Empezaron ganando los alemanes, a la media hora de juego, con un golazo de Gauchel, pero sobre el final del primer tiempo igualó Abegglen, de cabeza. Raftl, el arquero alemán (era austríaco), fue figura, y solo por eso, fue empate. Había que jugar el partido de nuevo. Cinco días después era la fecha estipulada. Suiza fue con el mismo 11 inicial, pero con cambio de esquema, ya que utilizó un defensor más. Alemania, en cambio, hizo seis cambios para este encuentro, alineando a cinco austriacos. El equipo NAZI (?) empezó mucho mejor. A los 8, Hahnemann aprovechó un buen centro y que el arquero suizo estaba revolcado para marcar el 1-0. Y a los 22 llegaría el segundo tanto teutón. Neumer remató al palo, el rebote le pegó al suizo Lörtscher y entró al arco. 2-0, y parecía cosa juzgada, sobre todo cuando los helvéticos se quedaron con un jugador menos por la lesión de Aeby. Pero no, porque casi milagrosamente, Aeby volvió a la cancha, y eso fue como un nuevo despertar suizo.

A los 42, Walaschek anticipó un centro y marcó el 1-2. Y las cosas se pusieron oscuras (?) cuando a los 19 del complemento, Bickel aprovechó un centro mal cortado del portero alemán para definir por encima de él y marcar así el empate. Obviamente toda la cancha estaba alentando por Suiza, que se estaba llevando por delante el partido. Y a los 30 minutos pasó lo inevitable. Abegglen recibió adentro del área, remató, el tiro se desvió dejando sin chances a Raftl, y Suiza 3-2 arriba. Locura, más cuando tres minutos después, el propio Abegglen definió en el área chica y puso el 4-2, tras centro de Aeby. Y no hubo tiempo para más. Los planes de Hitler de usar el Mundial para fines propagandísticos acabaron muy rápidamente. Ganó Suiza y pasó a cuartos, donde caerían ante Hungría. Herberger, el técnico alemán, culpó del fracaso a los jugadores austriacos, a quien acusó de no jugar al 100%. Tarde para lamentos.

PUESTO NÚMERO 54
Argentina vs. México (24 de junio de 2006)



Argentina: Abbondanzieri; Scaloni, Ayala, Heinze, Sorín; Rodríguez, Mascherano, Cambiasso (Aimar); Riquelme; Saviola (Messi), Crespo (Tevez). DT: Pekerman.
México: Sánchez; Márquez, Osorio, Salcido; Méndez, Castro, Pardo (Torrado), Morales (Sinha), Guardado (Pineda); Fonseca, Borgetti. DT: Lavolpe.

En los octavos de final del Mundial de Sudáfrica, se toparon Argentina y México. Y presenciamos un muy bonito partido, con dos goles antes de los 10 minutos, ambos de pelota parada. A los 6, desde un tiro libre para México, Pardo la peinó en el primer palo y por atrás de todos, Márquez apareció solo. Heinze lo perdió, y el capitán mexicano ajustició a Abbondanzieri. Y de repente, México pasaba a ganar. Pero Argentina reaccionó rápido. Tanto así que en menos de cinco minutos consiguió la igualdad. Tras un tiro de esquina de Riquelme, Crespo con la punta del pie anotó el empate. Al día de hoy está la duda de si realmente es gol de Crespo o de Borgetti en contra, pero lo que importa es que fue gol.

Ambos equipos siguieron atacando sin temor, si es que eso realmente significa algo (?). Podemos destacar dos claras por equipo. Crespo tuvo un mano a mano con Sánchez, pero la quiso picar por encima del portero y la tiró afuera. En el complemento, hubo otra situación cara a cara, pero esa vez, Sánchez le atajó el remate a Saviola. Las de México también fueron una en cada tiempo. Primero, un remate de Borgetti desde afuera del área que hizo volar a Abbondanzieri, que pudo desviar el tiro. La otra fue bastante clara, comenzó con un caño de Pineda a Scaloni, este metió el centro, y apareció Fonseca a la carrera, ganando la posición, pero cabeceando incómodo y desviado.

Terminó el partido y era tiempo de alargue, e iban 8 minutos del primer tiempo cuando Messi abrió a la izquierda para Sorín, y este metió un gran cambio de frente hacía el pecho de Maxi Rodríguez, que hizo lo que todos sabemos. Pecho y volea de zurda, su pierna inhábil, para clavarla contra el segundo palo. Golazo, terrible, de otro partido. Fue un golpe de nocaut del que México no supo reponerse, pese a haber tenido un buen nivel en el encuentro. Argentina fue demasiado. No así para Alemania, que eliminaría a la albiceleste en cuartos por penales.

PUESTO NÚMERO 53
Yugoslavia vs. Zaire (18 de junio de 1974)



Yugoslavia: Marić; Buljan, Hadžiabdić, Katalinski, Bogićević; Petković, Oblak, Aćimović; Bajević, Šurjak, Džajić. DT: Miljanić.
Zaire: Mwamba (Ndimbi); Boba, Ilunga, Mukombo, Tshimen; Mulamba, Mamuwene, Massamba, Kembo, Mantantu; Etepé (Maku). DT: Vidinić.

Una de las tres mayores goleadas en la historia de los Mundiales. La experimentada (?) Yugoslavia enfrentaba a la debutante Zaire por la segunda fecha del grupo 2 del Mundial del 74. Aquel día, Gelsenkirchen fue testigo de un baile. A los ocho minutos llegó el primer gol, cuando tras un centro de Džajić desde la izquierda, apareció solo Bajević para cabecear. 1-0. Aunque usted no lo crea, Zaire tuvo la chance del empate con un mano a mano de Etepé que fue atajado por Marić. E instantes después, Džajić marcó el segundo gol de tiro libre. A los 18, Šurjak con un remate cruzado anotó el 3-0. En los tres tantos, da la sensación de que el arquero africano Mwamba pudo hacer algo más. Tanto así que el entrenador Vidinić lo sacó a los 21 (!), e ingresó Ndimbi, que lejos de arreglar el quilombo, lo empeoró.

Este chico (?) entró y lo primero que hizo fue recibir un gol, de Katalinski. Yugoslavia hizo rápido un tiro libre, todo Zaire durmió, todos habilitados, gol. Los jugadores de Zaire protestaron tanto que el árbitro, el colombiano Delgado Gómez, expulsó a Mulamba. El quinto gol llegaría tras un centro de Petković desde la derecha, que Bajević cabeceó sin problemas, ante la falta de respuestas de la defensa y del arquero. Iban 30 minutos recién. Luego de esto, Etepé erró un gol sin arquero (!). A los 35 llegaría el 6-0. Centro de Džajić desde la derecha, choca Bajević con un defensor, y la pelota le quedó a Bogićević, que de cabeza venció a Ndimbi, que había salido pésimo. En el segundo tiempo hubo tres goles más. Primero, Zaire tuvo tiempo de errar otro gol sin arquero, con un remate de 30 metros. Luego Oblak marcó el 7-0, de tiro libre, con muchísima colaboración de Ndimbi. Petković marcó el 8-0, capturando un rebote en el área y definiendo sin problema.

A los 20 del complemento, llegó el noveno. Centro de Džajić, cabeceó Šurjak al segundo palo, y allí apareció solo y habilitado Bajević, que marcó sin ninguna clase de molestia. El propio Bajević tuvo el décimo, pero erró un mano a mano apuntandolé al arquero. Yugoslavia no quiso hacer más goles, y el partido terminó, mientras Vidinić seguía preguntandosé porque carajo metió a Ndimbi. Años después, se supo que los africanos no querían presentarse a este partido por un conflicto económico con el presidente de su país, el sanguinario dictador Mobutu. Pero eso, y el siguiente partido de Zaire, ante Brasil, es historia para más adelante.

PUESTO NÚMERO 52
Hungría vs. Corea del Sur (17 de junio de 1954)



Hungría: Grosics; Buzánszky, Lóránt, Lantos; Bozsik, Szojka, Budai; Kocsis, Puskás, Czibor, Palotás. DT: Sebes.
Corea del Sur: Hong; Park KC, Park JS, Kang, Min; Chung, Chu; Choi, Woo, Sung, Park IK. DT: Kim.

El mismo día y a la misma hora que Inglaterra y Bélgica empataban en cuatro goles por el Mundial 54, Hungría le propinaba una terrible goleada a Corea del Sur, una de las tres mayores en la historia de las Copas del Mundo. ¿Eso no lo acabo de decir recién? Bueno, va de nuevo. Hungría, potencia mundial, campeón olímpico y candidato a quedarse con el torneo (llevaba cuatro años invicta), enfrentaba a esta (por aquel entonces) débil selección asiática, que jugaba su primera Copa y solo tenía experiencia internacional en los Juegos Olímpicos del 48.

Como fuese, los surcoreanos solo aguantaron 12 minutos. Allí, Budai llegó con lo justo a una pelota que se iba por línea final, metió el centro, y apareció el gran Puskás, que remató, dio en un defensor, y agarró su propio rebote para marcar el primer tanto del partido. A los 18, Lantos anotó de tiro libre el 2-0, ante una barrera increíblemente mal armada. El 3-0 llegó a los 24, cuando apareció Kocsis en el centro del área para desviar un centro desde la izquierda de Czibor. El propio Kocsis anotó el cuarto y el quinto gol, este último ya en el complemento, con un poderoso (?) remate cruzado. A los 14, llegó la sexta anotación, tras una pared entre Budai y Puskás, que terminó en centro atrás para que Czibor definiera sin problema.

A los 30, Palotás enganchó en el área y sacó un zurdazo letal, para meter el séptimo. El propio Palotás anotaría el octavo, y finalmente Puskás, de cabeza, metió el noveno. Fue paliza. Los coreanos terminaron todos rotos, y eso querían aparentar, para que el partido acabase. Finalmente se acabó, pero con nueve goles en contra. Al partido siguiente, Corea mejoraría, y perdería apenas 0-7 ante Turquia, mientras que Hungría venció 8-3 (!) a Alemania Occidental, partido ya repasado. Su camino parecía imparable, pero bueno, ya todos sabemos lo que pasó.

PUESTO NÚMERO 51
Francia vs. Hungría (10 de junio de 1978)



Francia: Dropsy; Janvion, Bracci, Lopez, Tresor; Bathenay, Papi (Platini), Berdoll; Dalger, Rocheteau (Six), Rouyer. DT: Hidalgo.
Hungría: Gujdár; Tóth, Kereki, Bálint, Martos; Zombori, Nagy (Csapó); Pusztai, Pintér, Nyilasi, Törőcsik. DT: Baróti.

El 10 de junio del 78, en pleno Mundial de Argentina, se enfrentaban Francia y Hungría, en un partido válido por la tercera fecha del grupo 1. Ambos equipos ya se encontraban eliminados a manos de Argentina e Italia, y debían enfrentarse en Mar del Plata. El horario de comienzo eran las 13:45 (horario inusual para un partido de fútbol, si, pero ustedes vieron como es esto). La FIFA le había dicho al equipo húngaro que debía usar su camiseta alternativa, totalmente blanca, en lugar de la tradicional roja. Esto porque ambos colores oscuros podían confundirse en los televisores de la época, ya que la mayoría eran en blanco y negro.

Pero el problema es que por un error (aparentemente surgido de la propia casa madre del fútbol mundial), ese mismo mensaje llegó al vestuario francés. Así que ambos equipos salieron a jugar con camiseta blanca. ¿Y ahora? Los equipos no tenían los juegos de camisetas titulares a mano. ¿Que inventamos? La leyenda (?) cuenta que los franceses propusieron salir a buscar camisetas prestadas a algún club cercano. Dicen que primero fueron a buscar a la filial de Boca en Mar del Plata, pero estaba cerrada. De ahí fueron al club Kimberley (que hasta ese entonces había jugado tres Nacionales). Allí había gente, y lejos de descreer en toda la historia, accedieron a prestar sus camisetas, verdes y blancas a franjas horizontales. Las casacas llegaron al Estadio Minella, y 45 minutos más tarde, el partido comenzó, con Hungría vestida de blanca y Franca vestida de Kimberley.

Del partido no hay mucho que decir, ganaron los galos 3-1. La apertura del marcador fue con un golazo de Lopez desde 35 metros cuando iban 23 minutos de partido. El segundo tanto lo anotó Berdoll, definiendo cruzado tras aguantar la pelota solo ante tres defensores. Zombori descontó con otro golazo, clavando su remate en el ángulo, pero un minuto después, Rocheteau marcó el 3-1 final tras capturar un centro atrás. Claro que no fue la única vez que pasó algo así. En el Mundial del 58, Argentina tuvo que disputar su partido ante Alemania Occidental con la camiseta amarilla del Malmo, club local, en lo que fue victoria para los germanos por 3-1. Ah, después de esto, Kimberley jugó tres Nacionales más, el último en 1984, y nunca más estuvo ni cerca de estar en Primera.

VER PARTE 1
VER PARTE 2
VER PARTE 3
VER PARTE 4
VER PARTE 6
VER PARTE 7
VER PARTE 8
VER PARTE 9
VER PARTE 10

No hay comentarios:

Publicar un comentario