PUESTO NÚMERO 30
Argentina vs. Nigeria (25 de junio de 1994)
Argentina: Islas; Cáceres, Sensini (Díaz), Ruggeri, Chamot; Balbo (Mancuso), Redondo, Simeone, Maradona; Caniggia, Batistuta. DT: Basile.
Nigeria: Rufai; Eguavoen, Okechukwu, Nwanu, Emenalo; George, Oliseh (Okocha); Siasia (Adepoju), Yekini, Amunike, Amokachi. DT: Westerhof.
Fatídica tarde aquella para Argentina en Foxborough. No por el partido en si, sino por lo que vino después. Tanto la albiceleste como Nigeria (debutante en Copas del Mundo) habían ganado en el debut, y se veían las caras para intentar quedar a un paso de la clasificación. Los africanos arrancaron mejor, tanto así que a los ocho minutos abrieron el marcador, aprovechando que a la defensa argentina le dio paja marcar (?). Yekini corrió por el medio y habilitó muy bien a Siasia, que definió, ante la apurada y no muy buena salida de Islas, por encima del cuerpo del portero. Partido 0-1, y con el fresco recuerdo del papelón ante Camerún en 1990, bueno, las cosas no pintaban bien, aunque también es cierto que a los 12 minutos, le anularon un gol a Batistuta porque el árbitro Karlsson no dejó sacar un tiro libre rápido. También es cierto que un minuto después, Islas se redimió tapando un mano a mano ante Yekini.
Pero a los 21, llegó la igualdad. Tiro libre para Argentina, toma carrera Maradona, pero pasa por encima de la pelota y la deja en movimiento para el fierrazo de Batistuta. Este remata, floja atajada de Rufai, y le quedó servidita a Caniggia para mandarla a guardar. Y seis minutos después, llegaría tal vez uno de los goles más famosos de la selección en Mundiales. Karlsson cobra falta, Caniggia le grita a Maradona para que le de rápido el pase, el Diego lo hace, y el bueno de Claudio Paul la clavó en el segundo palo. Golazo, gracias a que esta vez Karlsson si dejó jugar rápido. A los 35 casi llega un golazo, tras toques entre Sensini, Maradona, Redondo y Balbo, el volante central remató y casi la clava. Recién sobre el final del primer tiempo intentó reaccionar Nigeria con un remate de lejos de Oliseh que contuvo Islas. En el complemento, los africanos no reaccionaban, y a los 31, tras gran jugada de Maradona, Redondo tuvo otra vez la chance de anotar, pero esta vez Rufai le atajó el tiro.
Cuando faltaba un minuto, Yekini quedó habilitado cara a cara por Islas, pero el arquero llegó antes, y de contra, Batistuta casi anota el tercero. El partido acabó y ganó Argentina. Maradona salió sorteado para el antidoping. Aquí es la famosa imagen de la enfermera yendo a buscar al capitán para que se haga el control. Días después, se supo que el exámen dio positivo en cinco sustancias. Maradona quedó afuera del Mundial y lo suspendieron por 15 meses. Este encuentro fue el último del 10 con la selección, que no se repuso del golpe. Perdió en la última fecha del grupo ante Bulgaria, y luego caería ante Rumania en octavos.
PUESTO NÚMERO 29
Zaire vs. Brasil (22 de junio de 1974)
Zaire: Mwamba; Ilunga, Mukombo, Tshimen, Boba; Wa Munda (Massamba), Mamuwene, Mantantu (Kembo), Mafu; Maku, N'Tumba. DT: Vidinić.
Brasil: Leão; Luís Pereira, Nelinho, Marinho Peres, Chagas; Jairzinho, Piazza (Mirandinha), Carpegiani, Rivelino; Leivinha (Valdomiro), Edu. DT: Zagallo.
Tras perder 0-9 con Yugoslavia, los ánimos en el plantel de Zaire no estaban muy bien. Ya les dije cuando reseñé (?) ese encuentro que los africanos ni siquiera querían presentarse a ese encuentro por diferencias económicas con su gobierno. En respuesta a eso, el dictador Mobutu los amenazó de muerte a todos. Y bueno, encima se comieron nueve. Así que su “líder”, razonable el muchacho, les dijo “si el próximo partido pierden por más de tres, mejor no vuelvan”. Ups. Encima, el rival era Brasil, defensor del título. Claro, no era ni remotamente el mismo de 1970, pero seguía teniendo calidad. Encima, la verdeamarelha necesitaba ganar por tres goles o más para clasificar. A la hora del partido, obvio no hubo equivalencias. En una de las primeras, Brasil casi abre el marcador con un cabezazo de Chagas, aprovechando la pésima salida del portero Mwamba, pero el remate fue sacado en la línea por un defensor. Después, los sudamericanos tuvieron alguna que otra chance más, pero nada tan claro.
Pero a los 13, llegó el primer gol. Cambio de frente de izquierda a derecha, pelota para Jairzinho, tocó para Luiz Pereira, este devolvió con la espalda (en realidad le salió de casualidad, sben) y el propio Jairzinho remató cruzado para ponerla contra el segundo palo y poner así el 1-0. Instantes después, Mwamba se lució con una impresionante doble atajada a Valdomiro y a Carpegiani. Con el correr de los minutos, todo era de Brasil. Jairzinho se sacó de encima varios defensores, y desde el punto penal y sin más oposición que la del arquero, la tiró afuera. Después, Luiz Pereira recuperó en el medio y subió, la jugada se generó por el medio, hasta que Carpegiani tocó para el defensor, que fuslió a Mwamba, pero este tapó como pudo, y el rebote fue rechazado en la línea. Y sobre el cierre, el arquero dio rebote ante un remate de Edu, la tomó Jairzinho que, rodeado, cedió para Valdomiro, que le erró al arco. En el complemento, tras tres jugadas de cierto peligro, Jairzinho desbordó por derecha, metió el centro, y atrás de todos, Edu no pudo meterla ante la marca de un defensor. Recién a los 21 llegó el segundo. Chagas por izquierda tocó al medio para Valdomiro, este cedió atrás para Jairzinho, y la clavó en el ángulo. Encima, a falta de 11 minutos, recibió Valdomiro en la derecha, metió un centro pésimo, pero peor fue la respuesta de Mwamba, a quien se le escurrió el remate. 3-0, y si había un gol más de Brasil, la vida de los futbolistas de Zaire corría real peligro.
Y ahí nomás, el árbitro cobró tiro libre para los sudamericanos en la puerta del área. El ejecutor, un especialista como Rivelino. Los nervios. Y allí surgió esa famosa “jugada” de Ilunga. Cuando el árbitro dio la orden de ejecutar la pelota parada, el defensor salió corriendo de la barrera y reventó la pelota, ante la atónita mirada de todos. Años después, se supo que no fue un acto de ignorancia al reglamento esto, como la gran mayoría pensaba, sino que intentó hacer algo para evitar el gol, y por lo tanto, el seguro castigo al volver a casa. El tiro no fue gol, y Brasil, ya con sus tres goles en el bolsillo, y la clasificación asegurada, sacó el pie del acelerador. Terminó el encuentro, Brasil a la segunda fase, y los pibes de Zaire salvaron su vida.
PUESTO NÚMERO 28
Brasil vs. Francia (12 de julio de 1998)
Brasil: Taffarel; Cafu, Aldair, Junior Baiano, Roberto Carlos; César Sampaio (Edmundo), Dunga; Rivaldo, Leonardo (Denílson); Bebeto, Ronaldo. DT: Zagallo.
Francia: Barthez; Thuram, Desailly, Leboeuf, Lizarazu; Deschamps, Karembeu (Boghossian), Petit; Zidane, Djorkaeff (Vieira), Guivarc'h (Dugarry). DT: Jacquet.
Final del Mundial del 98, el local contra el campeón defensor. Los rumores (?) dicen que la noche anterior, Ronaldo, estrella de Brasil, sufrió un ataque de convulsiones, pero aún así recibió el alta para jugar, y fue confirmado casi una hora del partido. Y es que ¿quien quiere perderse la final del mundo?, más allá de las presiones comerciales que puede y seguramente debió haber recibido. A la hora del partido, fue una paliza táctica. Francia anuló en todo momento a Brasil. Y el local casi empieza ganando con una chilena de Guivarc'h, pero bueno, no hay forma física de que ese muchacho meta un gol en una final (?). Al ratito, Zidane dejó solo a Guivarc'h para que encare a Taffarel, pero llegó trastabillando y cayó. Instantes después, Barthez atajó brillantemente un gran cabezazo de Junior Baiano.
Pero a los 27, llegó la apertura del marcador. Córner de Petit y la aparición solitaria de Zidane en el área chica, para cabecear sin problemas y meter el 1-0. Tres minutos después, la gran polémica. Pelotazo de Dunga, corrió Ronaldo y Barthez se lo llevó puesto. El árbitro no cobró nada, cuando fue un evidente penal. A los 40, Petit tuvo el segundo, pero su derechazo se desvió en Baiano y se fue apenas afuera. Había tiempo para que Guivarc'h errara otro. Pelotazo de Thuram, falló Aldair y el 9 de Francia, totalmente solo, bueno, resolvió mal. Por suerte para “les blues” estaba Zidane, que un minuto después, a los 46, marcó nuevamente de cabeza, en un gol idéntico al primero, pero esta vez con un centro del otro lado. En el segundo tiempo, Ronaldo tuvo una inmejorable chance de descontar, rematando a tres metros de Barthez, pero el arquero se lució y atajó. Iban 10 minutos, y encima que Francia anulaba a Brasil y no lo dejaba jugar, no podían convertir las pocas chances que tenían.
Y a los 18, pelotazo de Leboeuf, Cafú quiso tocar de cabeza para su arquero pero la dejó servida para que Guivarc'h… la tirara afuera estando solo. Desailly fue tontamente expulsado a los 23, cuando en una contra para Francia, corrió un pelotazo, le hizo una falta fuerte a Cafú, y vio la segunda amarilla. Y a los 37, fue Dugarry el que erró un mano a mano insólito. A pesar de todas estas cosas, el triunfo francés nunca estuvo en duda, y cuando ya todos celebraban, llegó el tercer gol. Contraataque liderado por Dugarry, tocó a la izquierda para Viera, y este de primera cedió para Petit, que la metió. 3-0, 47 del segundo tiempo, Brasil movió y se acabó. Francia era el nuevo campeón del mundo. Ronaldo, figura del torneo, fue una sombra en la final. Aún así ganó el Balón de Oro. Eso si, se cobraría revancha cuatro años después.
PUESTO NÚMERO 27
Argentina vs. Inglaterra (30 de junio de 1998)
Argentina: Roa; Zanetti, Vivas, Ayala, Chamot; Almeyda, Simeone (Berti), Verón; Ortega; López (Gallardo), Batistuta (Crespo). DT: Passarella.
Inglaterra: Seaman; Neville, Adams, Campbell; Anderton (Batty), Beckham, Ince, Scholes (Merson), Le Saux (Southgate); Owen, Shearer. DT: Hoddle.
Siempre que jueguen Argentina e Inglaterra, algo quedará. Y el partido por los octavos de final de Francia 98 claramente no fue la excepción. Apenas iban cinco minutos de partido cuando Seaman le cometió un claro penal a Simeone. El danés Nielsen cobró, y Batistuta se encargó de cambiarlo por gol, aunque el arquero estuvo a nada de sacar el remate. Pero no pudo, y 1-0. Igual, rápidamente llegó la igualdad, con otro penal, pero esta vez bastante inventado. Scholes tocó para Owen, este entró al área, y Nielsen pitó que hubo falta de Ayala. No había pasado nada. Poco le importó a Shearer, que la clavó en el ángulo, y 1-1. Para colmo, seis minutos después, Owen recibió en casi en la mitad del campo, Chamot nunca pudo detenerlo, Ayala tampoco, y el delantero la puso en el segundo palo antes de Roa pudiese hacer algo. Así, Inglaterra lo daba vuelta al encuentro, y casi marca el tercero por intermedio de un remate lejano de Ince, que capturando un rebote probó y se fue muy cerca. Y luego, Shearer bajó un pelotazo y dejó a Scholes solo ante Roa, pero le erró al arco el colorado.
Los ingleses eran mejores y parecía que de contra podían meter el tercero en cualquier momento. Hasta que a los 45, Campbell le hizo una falta a López en la puerta del área. Y lo que salió allí fue tal vez el mejor gol de jugada preparada que haya visto en un Mundial. Batistuta y Verón las opciones para rematar. Pasó el 9, y la Bruja tocó rápido para Zanetti, que estaba parado atrás de la barrera, remató de zurda, y empató el partido. Cuando iban solo dos minutos del complemento, algo histórico (?). Falta de Simeone contra Beckham en el medio, el inglés lo “agrede” al Cholo, y el árbitro lo expulsa. Apenas lo toca, pero para Nielsen, fue suficiente para dejar a Inglaterra con 10. Cuanto se habló de esto. Batistuta, Shearer y el Piojo López (por dos) tuvieron chances bastante interesantes en el segundo tiempo, pero nada pasó y terminó 2-2 (también en el medio le anularon un gol a Campbell). En el alargue, Nielsen no cobró una mano de Chamot en el área cuando saltó a cabecear con Shearer. Menos mal (?), recordemos que en aquellos años corría el gol de oro.
Fuera de eso, lo único para rescatar en el tiempo suplementario fue un remate de Ince que se fue cerca pero era controlado por Roa. Era tiempo de los penales. Berti y Shearer metieron. Seaman le atajó a Crespo, pero antes que cundiera el pánico, Roa le tapó el tiro a Ince. Luego convirtieron Verón, Merson, Gallardo, Owen y Ayala, hasta que le tocó el turno a Batty. Su penal fue atajado por Roa, y Argentina clasificó a cuartos, para luego quedar eliminada ante Holanda con aquel golazo de Bergkamp sobre la hora. Inglaterra se volvió a casa, y todos querían matar a Beckham. Pero el fútbol da revanchas, y cuatro años después se volvieron a cruzar en un Mundial, en la fase de grupos. Los ingleses ganaron 1-0 con gol del rubio (?), y ese encuentro dejó casi afuera a la Argentina.
PUESTO NÚMERO 26
Chile vs. Italia (2 de junio de 1962)
Chile: Escuti; Eyzaguirre, Sánchez, Navarro, Contreras; Rojas, Toro; Ramírez Banda, Landa, Fouilloux, Sánchez. DT: Riera.
Italia: Mattrel; Salvadore, Robotti, David, Janich; Tumburus, Ferrini; Mora, Maschio, Altafini, Menichelli. DT: Mazza.
¿El partido más violento de la historia de los Mundiales? La nota de dos periodistas italianos sobre las condiciones de vida de Chile hizo enloquecer a los trasandinos. Que esto, que lo otro, pobreza, desnutrición, tristeza, todas cosas que había en Santiago. Los medios chilenos hicieron eco de esto, y empezó el odio. Para colmo, debian enfrentarse entre si por la segunda fecha del grupo 2. Divino. Los italianos salieron a la cancha lanzando flores como ofrenda de paz, pero el público lo rechazó. 12 segundos iban de partido cuando se cometió la primera falta, que generó un tumulto entre los jugadores. E iban solo siete cuando Ferrini agredió sin pelota a Landa. El árbitro Aston (el mismo que inventó las tarjetas amarillas y rojas) no tuvo más remedio que expulsarlo del partido. Ante la negativa del italiano de irse del campo de juego, la policía se lo llevó detenido.
Se siguieron pegando, pero se notó cierta “ayuda” del réferi para con los locales. Y se terminó de confirmar a los 38 minutos. Sánchez intentó desbordar por izquierda, David no lo dejó, el chileno cayó y el italiano lo comenzó a patear. Ante esto, Sánchez se levantó y le dio un golpe de puño a su rival, con el árbitro asistente al lado. ¿Que pasó? Nada. El árbitro decidió dejar a ambos jugadores en cancha. Tres minutos después, David decidió vengarse, en una de las patadas más espectaculares que se haya visto en una Copa del Mundo. ¿Como fue? Una patada voladora desde atrás a la altura de la nuca, totalmente calculada. Expulsado David, e Italia debía afrontar el resto del partido con nueve jugadores.
Y aguantó bastante, pero a los 30 minutos del complemento, llegó el gol chileno. Tras un tiro libre y una salida no muy buena del portero Mattrel, la pelota le quedó a Ramírez Banda, que de cabeza definió por encima de dos defensores que en la línea intentaron salvar su arco. Aston le perdonó la vida a Toro, que tackleó de atrás (!) a un rival. Y minutos después, exactamente a los 43 minutos, el propio Toro clavó el 2-0 final con un remate desde afuera del área. Sobre el final, Salvadore y Landa casi se van a las manos, y el árbitro decidió terminar el partido allí mismo. Chile, con este triunfo, clasificó a cuartos de final. La TV inglesa presentó a este encuentro como la “exhibición de fútbol más estúpida, espantosa, desagradable y vergonzosa, posiblemente, en la historia de este deporte”. En la siguiente fecha, que casualidad (?), Chile perdió con Alemania Occidental, y con ese resultado, ambos equipos clasificaron, dejando afuera a Italia. Los locales terminaron terceros en esta Copa, siendo por lejos su mejor actuación en este certamen.
PUESTO NÚMERO 25
Hungría vs. Uruguay (30 de junio de 1954)
Hungría: Grosics; Buzánszky, Lóránt, Lantos; Bozsik, Budai; Zakariás, Kocsis, Hidegkuti, Czibor, Palotás. DT: Sebes.
Uruguay: Máspoli; Santamaría, Martínez, Rodríguez Andrade; Cruz, Carballo; Hohberg, Schiaffino, Borges, Souto, Ambrois. DT: López.
La lluvia le dio un marco fantástico a este encuentro de semifinales de Suiza 54, el mejor Mundial de todos los tiempos. Se enfrentaban Hungría, campeón olímpico en 1952 y máximo candidato al título en tierras helvéticas, y Uruguay, campeón mundial en 1950 (y que nunca había perdido un partido en Copas del Mundo). ¿El partido? Genial. Tras dos chances claras, Hungría pudo abrir el marcador a los 13, cuando tras un centro de Hidegkuti, Kocsis le bajó la pelota a Czibor, que adentro del área remató cruzado para vencer a Máspoli y poner el 1-0 parcial. El estadio, lleno de húngaros, explotó. El partido se volvió ataque por ataque, con los dos equipos rematando mucho, pero sin puntería. De a poco Uruguay crecía en el encuentro, pero no podía vencer a Grosics. La celeste dispuso de no menos de cuatro chances claras, pero dilapidó todas.
Hungría, con paciencia (?), marcó el segundo gol al minuto del complemento, tras un centro desde la derecha que capitalizó Hidegkuti. Parecía todo liquidado, ya que los sudamericanos no podían romper la férrea defensa magiar. Encima, cuando podía ponerse de frente al arquero, erraba, como Hohberg, que con Grosics vencido tiró afuera el rebote que había dejado el arquero. Pero a los 30 minutos, Schiaffino habilitó maravillosamente a Hohberg, que no perdonó y anotó el descuento. Hungría tuvo el tercero, cuando Hidegkuti ganó la posición casi en el área chica (¿con falta?), eludió a Máspoli, pero su remate fue rechazado en la línea. Luego, a Grosics se le escapó la pelota en su área y también fue salvado por un defensor propio casi in extremis.
Y cuando quedaban cuatro minutos de juego, Hohberg recibió en el área, eludió al arquero, y marcó el empate. Todos a festejar con el goleador. Todos sus compañeros se tiraron encima de él a festejar. Tanta había sido la emoción, el esfuerzo… que Hohberg tuvo un infarto. En pleno partido. Cuando sus compañeros se levantaron, él yacía allí, tendido, sin signos vitales. La desesperación comenzó. El jugador recibió masajes cardíacos y respiración boca a boca. Durante 15 segundos, su corazón no latió. Pero pudieron hacerlo volver. No solo a la vida, sino que salió con sus compañeros a jugar el tiempo suplementario como si nada hubiese pasado. En la prórroga, Uruguay era mejor, pero los goles fueron de Hungría. Kocsis anotó el 3-2 a los seis del segundo suplementario, con un notable cabezazo en la puerta del área chica. Y con la misma fórmula, marcaría el 4-2 definitivo cuatro minutos después. La garra charrúa no fue suficiente para frenar a Hungría, que pasó a la final, a un encuentro que todos conocemos pero que igualmente ya reseñaré, obviamente. Uruguay perdería el partido por el tercer puesto ante Austria.
PUESTO NÚMERO 24
Alemania Occidental vs. Austria (25 de junio de 1982)
Alemania Occidental: Schumacher; Kaltz, Stielike, Briegel; Förster, Breitner, Dremmler, Magath; Rummenigge (Matthäus), Hrubesch (Fischer), Littbarski: DT: Derwall.
Austria: Koncilia; Krauss, Obermayer, Degeorgi, Pezzey, Weber; Hattenberger, Prohaska, Hintermaier; Schachner, Krankl. DT: Latzke y Schmidt.
Cuatro años después del “Milagro de Córdoba”, las mismas selecciones protagonizaron la “Desgracia de Gijón”. Alemanes y austriacos se medían en la tercera fecha del grupo 2. En aquella época, la jornada final de las zonas no se disputaban al mismo tiempo, por lo que el día anterior, Argelia había vencido a Chile y quedaba con cuatro unidades. Austria tenía la misma cantidad, mientras que Alemania contaba solo con dos. Si los alemanes ganaban este partido por uno o dos goles, clasificaban junto a Austria a la segunda fase. Ya, si ganaban por tres goles o más, los que avanzaban eran ellos y los argelinos. Un empate o un triunfo austríaco dejaba a los germanos afuera. Los primeros 10 minutos del partido fueron muy intensos, tanto así que en ese período hubo un cabezazo al travesaño de Breitner y el gol de Hrubesch.
La anotación (?) fue a partir de un centro desde la izquierda de Littbarski, que encontró al delantero solo en el área, que parece que cabecea, pero en realidad la mete con la rodilla. Vale igual. Lo que sucedió es que el resto del partido fue un bochorno. Renunciaron a atacar, ya que este resultado clasificaba a ambos y dejaba a Argelia afuera. Eran todos pases en el medio, sin presión del rival, y pelota atrás al arquero. Solo uno una situación de real peligro, después de la media hora de juego, un mano a mano de Dremmler tras una buena combinación alemana, pero Koncilia atajó (el 2-0 también clasificaba a estos dos equipos). Era muy evidente lo que hacían los equipos, y el público en Gijón estalló y empezaron los chiflidos, que poco afectaron a los jugadores.
En el segundo tiempo no pasó nada. Ni una situación clara de gol. La gente comenzó a cantar “que se besen, que se besen”, como dato de color (?). Los árbitros nada podían hacer, ya que a pesar de que era evidente el arreglo, no hay una regla que castigue por no atacar. Y así terminó el partido, 1-0 para Alemania, y ambos equipos pasaron a la segunda fase. Obviamente, los argelinos se quejaron ante la FIFA, pero la respuesta del ente máximo del fútbol fue que, a pesar de que era visible lo que hicieron (esto no lo dijeron ellos, lo agregué yo), no habían roto realmente ninguna regla. Y sin pruebas de un arreglo, era imposible probar algo. Como los africanos no pudieron presentar ninguna evidencia real del fraude, el partido tuvo que ser declarado válido. Igualmente, a partir de este encuentro, la FIFA decidió que en adelante, los partidos de la tercera fecha se jugaran en simultáneo. Algo tarde para la selección de Argelia de 1982.
PUESTO NÚMERO 23
Estados Unidos vs. Colombia (22 de junio de 1994)
Estados Unidos: Meola; Balboa, Caligiuri, Lalas, Clavijo; Dooley, Harkes, Ramos, Sorber; Wynalda (Wegerle), Stewart (Jones). DT: Milutinović.
Colombia: Córdoba; Perea, Escobar, Herrera, Gaviria, Pérez; Rincón, Álvarez, Valderrama; De Ávila (Valencia), Asprilla (Valenciano). DT: Maturana.
Segunda fecha del grupo A del olvidable (?) Mundial de 1994. Colombia llegaba a este torneo como una candidata, por el equipo y además por cierto 5-0 a Argentina. Aún así, comenzó con el pie izquierdo, al perder con Rumania. Estados Unidos, el local, había empatado 1-1 con Suiza en el debut, y además, su último triunfo en Copas del Mundo había sido en 1950 (después de eso, recién volvió a competir en Italia 90 y aquí, siendo local). Iban dos minutos cuando un error de Perea atrás le permitió a Stewart irse solo, pero Córdoba atajó. Minutos después, IUESEI (?) se salvó milagrosamente. Tras un despeje defensivo, hubo centro de Rincón, apareció Gaviria solo por detrás, y cuando le sale el arquero, toca al medio; la pelota se la lleva puesta Sorber, da en el palo, y le queda servida a De Ávila, que remata, pero su tiro da en el propio Sorber. Insólita jugada. Rincón tuvo luego dos remates de moderado peligro, pero a los 28, fue Estados Unidos el que avisó, cuando tras otro error de Perea, Wynalda recibió en el área y su tiro cruzado dio en el palo.
Pero a los 33 se dio la famosa y fátidica jugada que hará que este partido nunca sea olvidado. Recibió Harkes, metió un centro medio flojo de papeles buscando a Wynalda, pero en el camino, apareció Escobar, que intentó cortar la pelota que no hizo más que marcar un autogol. En el comienzo del segundo tiempo, a Estados Unidos le anulan mal un gol por un offside que no fue a Lalas. A pesar de eso, tres minutos después, un pase en profundidad de Ramos encontró a Colombia mal parada, y Stewart esta vez definió bien, venciendo la salida de Córdoba. El partido se ponía 2-0. Y Lalas casi se venga cinco minutos después, con un cabezazo que el arquero sacó al córner casi con las uñas (ponele). El mismo Córdoba le tapó un buen remate a Ramos. Colombia estaba nocaut, e incluso, casi le hacen un golazo de chilena faltando 10 minutos (Balboa hizo la pirueta). Recién en tiempo cumplido, los cafeteros generaron una clara. Tras pase de Valderrama, la pelota le quedó a Rincón en el área, su remate fue atajado por Meola, pero el rebote le quedó servido a Valencia, que descontó.
Pero no hubo tiempo para más, y ganó Estados Unidos. En la siguiente fecha, a pesar del triunfo colombiano ante Suiza, terminó 4° en su zona y quedó eliminada. 10 días después de este partido, ya con la selección de vuelta en casa, Escobar, el autor del autogol, fue asesinado tras una discusión en la calle por esa jugada y la actuación en si de Colombia en el Mundial. Se dijo que el crimen tuvo que ver con una red de apuestas clandestinas, que había perdido dinero con la eliminación cafetera, pero nunca pudo ser probado. Humberto Muñoz Castro, el asesino, recibió una condena de 43 años, pero igualmente salió en libertad en 2005.
PUESTO NÚMERO 22
Alemania Oriental vs. Alemania Occidental (22 de junio de 1974)
Alemania Oriental: Croy; Kurbjuweit, Bransch, Weise, Wätzlich, Kische; Kreische, Lauck, Irmscher; Sparwasser, Hoffmann. DT: Buschner.
Alemania Occidental: Maier; Vogts, Beckenbauer, Schwarzenbeck, Breitner; Cullmann, Flohe, Overath; Grabowski, Müller, Hoeneß. DT: Schön.
Tras la Segunda Guerra Mundial blablabla (?), Alemania fue dividida en dos, la parte occidental (capitalista) y la oriental (comunista). La selección occidental había ganado el Mundial del 54 y era potencia, además que le tocó (?) organizar el Mundial del 74. La selección oriental, en tanto, era más débil, e incluso amateur. Aún así, dio la nota y logró clasificar por primera vez a una Copa del Mundo para la edición organizada por sus vecinos. Y por cosas del destino (?), coincidieron en el mismo grupo. Tercera fecha del grupo 1. Tras el empate en cero entre Chile y Australia, ambas Alemanias ya habían clasificado a la segunda fase, restaba definir el puesto de cada una. LAS DOS ALEMANIAS LUCHANDO POR EL PRIMER LUGAR, Y POR EL AMOR DE SUS PADRES, DURODURODURO (?). Además del pequeño detalle de la lucha capitalismo-comunismo detrás de la división del país, todo daba para que el encuentro no pasara desapercibido. Y no es para menos. Un país separado tras un conflicto por dos modelos económicos antagonistas, enfrentandosé en un partido de fútbol. Como si se cruzaran las dos Coreas.
Y como ya sabemos, cuando la política se mezcla en el fútbol, se mete bien metida. En el primer tiempo, ambos equipos erraron un gol insólito. Primero la tuvo Alemania Occidental. Tras un pase en profunidad de Beckenbauer, Müller giró en el área y tocó al medio, donde apareció Grabowski, que a metro y medio del arco y sin arquero, la tiró afuera. Pasada la media hora, lateral para Alemania Oriental. Lo sacan rápido, recibe Lauck solo en el área, y también la mete al medio, donde llegaba en total soledad Kreische. A dos metros del arco, con arquero vencido, la mandó por arriba del travesaño. Luego, hubo remates de Flohe, Breitner, Schwarzenbeck, Lauck que se fueron desviados o al cuerpo del arquero. Ninguno de peligro. El complemento marchaba igual, no pasaba mucho, el juego era muy trabado, se notaba que había más en juego que el primer puesto. Cuando iban 34 minutos del complemento, Croy descolgó un centro y sacó la contra, dandonlé la pelota a Hamann. Cuando este cruzó mitad de cancha, metió un pelotazo para Sparwasser, que la frenó con la cara (!), pero aún así se llevó la pelota y definió con un potente derechazo para reducir a nada el intento de Maier de atajar el tiro. Batacazo. La amateur Alemania Oriental vencía a la poderosa Alemania Occidental. Sobre el final del partido, los germanos locales tuvieron un tiro libre en la puerta del área. Beckenbauer tocó rápido para Hoeneß, y antes de que saliera alguien a tapar el tiro, este remató, pero Croy atento atajó.
Y el partido terminó. Ganaron los comunistas y clasificaron primeros. Pero fue más que eso. Habían vencido a sus enemigos capitalistas. Se imaginarán la propaganda que hicieron con esto. Igualmente, por cosas del destino, Alemania Oriental cayó a un grupo muy difícil en la segunda fase: Holanda, Brasil y Argentina. En tanto, Alemania Occidental terminó con Polonia, Suecia y Yugoslavia. Haber ganado este partido fue una especie de maldición deportiva para los comunistas, que quedaron eliminados. Los capitalistas, en tanto, ganaron su grupo y clasificaron a la final, donde vencerían en un partido próximo a detallar a la Holanda de Cruyff. ¿Quieren más? Lean acá.
PUESTO NÚMERO 21
Francia vs. Kuwait (21 de junio de 1982)
Francia: Ettori; Amoros, Trésor, Janvion (Lopez), Bossis; Genghini, Platini (Girard), Giresse; Soler, Lacombe, Six. DT: Hidalgo.
Kuwait: Al-Tarabulsi; Saad, Mayouf, Juma'a, Al-Jasem (Al-Shemmari); Al-Houti, Al-Buloushi, Karam (Kameel); Al-Anberi, Yaqoub, Al-Dakhil. DT: Parreira.
En el Mundial de España, se dio una situación curiosa en el grupo 4. Era la segunda fecha, y jugaban Francia y Kuwait. Un pesado contra un novato. Y no hubo equivalencias. Demoró Francia en meter el primero, pero bueno, se tomaron su tiempo (?). El propio Genghini tuvo tres veces la chance de meter el primer tanto, incluso en la tercera marró un increíble mano a mano, pero le dio un pase a las manos de Al-Tarabulsi. En la primera cobraron offside, en lo que era un golazo tras una gran combinación entre Lacombe y Giresse. Igualmente, a los 31, Genghini se sacó las ganas y metió un golazo de tiro libre. Sobre el final del primer tiempo, Platini recibió entrando al área, y a pesar de ser un antipibe (?), definió con una calidad tremenda, para meter el 2-0. Unos minutos antes, en una jugada muy similar, Giresse lo erró. La cuestión a esta altura era vez cuantos goles quería hacer Francia.
Cuando iban apenas tres minutos del segundo tiempo, el propio Platini metió un gran pase por arriba para dejar solo a Six, que sin mayor inconveniente marcó el 3-0. Eso si, gran definición. Luego, llegó la anulación a un gol de Bossis por un supuesto offside (que no existió). Cuando quedaban 15 minutos para el final, Al-Anberi sacó rápido un tiro libre y dejó en soledad a Al-Buloushi adentro del área, y este marcó el descuento. El estadio se vino abajo (?). A los 38, Platini hablitió a Giresse, y este, totalmente habilitado, marcó el 4-1. ¿Pero que pasó? El árbitro soviético Miroslav Stupar cobró gol, la transmisión puso el marcardor en pantalla, iban a mover del medio, pero los muchachos de Kuwait comenzaron a protestar. Dijeron que escucharon un silbato y que por eso dejaron la jugada. Los franceses dijeron que eso no era cierto. Parecía que todo quedaba en la nada, cuando desde las gradas (?), el jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah (presidente de la Asociación de Fútbol y hermano del emir -presidente- de Kuwait) comenzó a hacer señas para que “sus” jugadores abandonaran el campo en señal de protesta.
Pero después tuvo la idea de que sería mejor bajar a la cancha a “hablar” con Stupar. No quedó ahí, ya que la Guardia Civil española lo dejó entrar al campo de juego (!). Hablaron un rato, y tras esto, el árbitro decidió anular el gol (!). Esto tomó por sorpresa a los franceses, que no sabían como protestar semejante decisión. Pero así fue, el partido volvía a estar 3-1. Luego de eso, hubo tiempo para anular un gol a Al-Anberi. FInalmente, a los 44, Bossis se sacó la espina y marcó su gol, y el negado 4-1 francés, llegando hasta el fondo y definiendo ante el arquero. Y así acabó el partido. Tras el encuentro, la FIFA decidió mantener el marcador a pesar del insólito incidente, pero Stupar fue suspendido de por vida en el ámbito internacional. Ah, el jeque en cuestión murió en 1991, luchando durante la invasión de Irak a Kuwait, que desencadenó la Guerra del Golfo. Pero esa es otra historia.
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