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Hace casi dos años, cuando contaba sobre el surgir de la FA Cup, expliqué más o menos el origen del fútbol. No lo haré de nuevo, pero si decir que en Inglaterra quedó como esa sensación de que como inventaron esto, eran los mejores. Con los años y mientras aparecían competencias, bueno, digamos que fueron descubriendo que no fue así. Su primer mazazo fue en el Mundial de 1950, cuando los profesionales ingleses cayeron ante los aficionados estadounidenses (un partido que ubiqué en el puesto 15 de los 100 partidos más importantes de la historia de las Copas del Mundo -sin contar Rusia 2018, aún no se había jugado che-). La segunda gran cachetada fue el 25 de noviembre de 1953, cuando la selección inglesa cayó 3-6 ante Hungría en el mismísimo Wembley, en lo que fue la primera derrota de Inglaterra de local ante una selección no británica. Y ni hablar cuando el 23 de mayo de 1954, en la revancha disputada en tierras húngaras, la derrota inglesa fue por 1-7.