PUESTO NÚMERO 20
Uruguay vs. Ghana (2 de julio de 2010)
Uruguay: Muslera; Pereira, Lugano (Scotti), Victorino, Fucile; Fernández (Lodeiro), Pérez, Arévalo Ríos, Cavani (Abreu); Suárez, Forlán. DT: Tábarez.
Ghana: Kingson; Paintsil, Vorsah, Mensah, Sarpei; Annan; Inkoom (Appiah), Asamoah, Boateng, Muntari (Adiyiah); Gyan. DT: Rajevac.
Cuatro equipos sudamericanos llegaron hasta los cuartos de final del Mundial 2010. Solo uno jugó semifinales. Uruguay no alcanzaba esta instancia desde 1970, mientras que Ghana llegaba por primera vez a esta instancia, e intentaría ser el primer africano en jugar semifinales, tras los “intentos fallidos” de Camerún en 1990 y de Senegal en 2002. A la hora del partido, los sudamericanos arrancaron mejor. Suárez tuvo dos muy claras, pero no pudo vencer a Kingson, que además tapó un cabezazo contra su propio arco de Mensah. Ghana contestó (?) con un remate de cabeza por parte de Vorsah que pasó muy cerca del ángulo de Muslera. Luego, de contra, Gyan remató apenas desviado tras una habilitación de Boateng. Este último probó de chilena tras centro de Inkoom, pero la tiró por arriba. A esta altura, Uruguay ya había perdido por lesión a su capitán, Lugano. Esto nada tuvo que ver con la apertura del marcador, a los 47 del primer tiempo. Gyan pivoteó para Muntari, y este sacó un remate de 35 metros, que venció a Muslera, que parece tener mucha responsabilidad, pero mirando la repetición, se ve que la pelota tomó una parábola increíble sobre el final del recorrido (algo que fue muy habitual en aquel Mundial).
Igual no pasó mucho para que llegara el empate. 10 minutos del segundo tiempo, y Forlán, de tiro libre, la clavó en el palo del arquero. Golazo. Nuevamente, la pelota “bailó” en el aire y complicó al arquero. Kingson después se redimió sacandolé a Suárez su tercera ocasión clara. El partido terminó, y era tiempo de alargue, donde no pasó nada hasta la última jugada. 16 minutos del segundo tiempo suplementario, tiro libre para Ghana. Centro al área, peinó Boateng y desacomodó a todos, Muslera salió y le sacó con lo justo la pelota de la cabeza a Mensah, pero le quedó en el área chica a Appiah. Este pateó, dio en Suárez, que estaba en la línea, y el rebote fue para Adiyiah, que cabeceó, pero su tiro fue atajado… por Suárez. Penal y expulsión para el delantero. Gyan se hizo cargo del penal. Se pateaba y se terminaba. Lo hacía y Ghana iba a semifinales. Pero su tiro dio en el travesaño y se fue afuera. Final del encuentro. Penales. Inolvidable la toma de la TV que muestra a Suárez yendo a los vestuarios festejando este remate desviado.
En la definición, Uruguay había metido tres de tres y Ghana hizo los propios con sus dos primeros tiros. Le tocó a Mensah, pero atajó Muslera. Pereira tenía la chance de dejar casi todo liquidado, pero la tiró por arriba del travesaño. Oportunidad para Ghana, remate de Adiyiah… pero volvió a atajar Muslera. Turno para Abreu, que si convertía, clasificaba a los sudamericanos a las semifinales por primera vez desde 1954. Y el “Loco” la picó. Ante la perplejidad de todos. Ganó Uruguay, y pasó de ronda (donde caería ante Holanda). Claro, la polémica por la acción de Suárez no se hizo esperar, pero bueno, es una acción del juego que fue correctamente sancionada. Si tienen bronca, hablen con Gyan.
PUESTO NÚMERO 19
Francia vs. Senegal (31 de mayo de 2002)
Francia: Barthez; Thuram, Leboeuf, Desailly, Lizarazu; Vieira, Petit; Wiltord (Cissé), Djorkaeff (Dugarry), Henry; Trezeguet. DT: Lemerre.
Senegal: Sylva; Coly, Diatta, Malick Diop, Daf; Cissé; N'Diaye, Bouba Diop, Diao, Fadiga; Diouf. DT: Metsu.
Comenzaba el Mundial del 2002 entre el campeón defensor, Francia, y un novato en la competencia, Senegal. A los 4, los africanos avisaron. Desborde de Diouf, centro atrás, conectó Fadiga pero atajó Barthez. Francia no encontraba espacios, pero a los 22, Petit entregó para Henry y este para Trezeguet, que enganchó en el área y remató, pero su tiro dio en el palo. Y la sorpresa llegó a los 29, cuando Diouf recibió por izquierda, desbordó a Leboeuf y metió centro atrás para la llegada de Bouba Diop, que remató directo al cuerpo de Barthez, pero la pelota quedó viva, y el senegalés desde el piso metió la metió adentro del arco. Sorpresón (?), ganaba Senegal. En el festejo, Bouba Diop fue hasta el banderín del córner, se sacó la camiseta y junto a sus compañeros comenzaron a bailar alrededor, en una de las imágenes más memorables de la competencia, porque a todos nos gusta lo pagano (?).
A Francia no se le caía una idea. Durante todo el primer tiempo, tenía la pelota y no sabía que hacer. Se notaba que extrañaba horrores a Zidane, que se lesionó en la previa del certamen. Así como pasó la etapa inicial, el complemento era igual. Franceses manejando la pelota, pero sin ideas, y Senegal bien parado, aguantando con orden el triunfo parcial ante el campeón del mundo. Encima, a los 20, nuevamente los africanos desbordaron por su izquierda, esta vez con Fadiga, dejó pagando a Leboeuf y remató, pero su tiro dio en el travesaño. Dos minutos después, Dugarry bajó una pelota áerea para Henry, que de afuera del área la quiso colocar en el ángulo, y casi lo hace, pero el dio una vez más en el travesaño. Francia era puro centro, no sabía que hacer.
Cuando quedaba un minuto, una jugada personal de Cissé terminó en los pies de Henry, pero Sylva en dos tiempos atajó. El arquero también le tapó un remate a Leboeuf en el segundo minuto de adición, y no habría más tiempo. Se consumió la sorpresa. El desconocido equipo de Senegal le había ganado a la Francia campeona del mundo. Insospechado. Los europeos tendían una Copa para el olvido, quedando afuera en primera ronda sin siquiera anotar un gol. Senegal, en cambio, llegaría hasta cuartos de final, donde caería con gol de oro ante Turquía.
PUESTO NÚMERO 18
Portugal vs. Corea del Norte (23 de julio de 1966)
Portugal: Pereira; Vicente, Morais, Baptista; Hilário, Coluna, Simões, José Augusto, Graça; Eusébio, Torres. DT: Glória.
Corea del Norte: Lee; Shin, Lim, Oh, Ha; Im, Han, Li; Pak DI, Pak SZ, Yang. DT: Myung.
Tras dar el batacazo ante Italia (paciencia, ya llegaré ahí), Corea del Norte avanzó a los cuartos de final del Mundial del 66. Enfrente estaba Portugal, ganador absoluto del grupo donde estaba Brasil. Los asiáticos, a pesar de que ya tenían tres partidos jugados, seguían siendo una incógnita. Ya era evidente que tenían un buen equipo, ¿pero hasta donde podían llegar? Los lusos, en tanto, contaban con su máxima figura, Eusebio. Liverpool, la sede del encuentro. E iba solo un minuto cuando Pak Seung-zin abrió el marcador, con un golazo de primera y desde afuera del área, que se clavó contra el segundo palo de un atónito Pereira. Inmediatamente, Eusebio probó rematando de afuera del área, pero Lee voló y atajó. El propio Pak SZ tuvo con una jugada similar al primer gol la chance de meter otro, pero esta vez, Pereira atajó. Portugal contestó con un remate de José Augusto, pero el arquero Lee la mandó al córner espectacularmente. Luego Eusebio de volea remató desviado, pero se veía que los europeos eran más y merecían el empate.
¿Así que merecían y no concretaban eh? 22 minutos, pelota a la derecha para Shin, mete el centro pasado y por el otro lado aparece Yang, que la mete al medio para que aparezca solo Li para marcar el 2-0. Inmediatamente, Eusebio probó rematando de afuera del área mediante un tiro libre, pero su remate se fue cerca. Y encima, a los 25, recibió Pak DI, remató desde lejos pero mal, pero se la dejó servida a Yang, que dentro del área enganchó y marcó el 3-0. Una locura. Totalmente impensado. Corea del Norte goleaba y el público deliraba. Inmediatamente, Eusebio probó, pero esta vez anotó. Tras una buena asistencia, definió a la carrera y marcó el 1-3 a los 27 minutos. ¿Había vida? El mismo jugador desperdiciaría dos chances claras, primero apareciendo solo en el segundo palo tras un centro que fue peinado, pero la tiró afuera. Luego, tras otro centro y una mala salida de Lee, le volvió a quedar servida, pero nuevamente le erró al arco. Igual, era evidente que Corea del Norte se había quedado sin piernas a esta altura. Y encima, a los 43, hubo penal para Portugal (falta a Torres), y esta vez, Eusebio le acertó al arco. 2-3 y entretiempo, y la cosa ya era distinta.
El segundo tiempo fue todo luso. Y a los 11, llegaría lo inevitable. Pase en profundidad para Simões, y Eusebio, a la carrera y adentro del área, la clavó en el ángulo. Golazo para empatar el partido. Y no quedaría ahí, porque tres minutos después, a la mismísima “pantera negra” le cometieron dos infracciones juntas (!) adentro del área. Penal, que él mismo se encargó de anotar. Portugal lo daba vuelta. Torres y el propio Eusebio tuvieron la chance de marcar el quinto, ambos con sendos cabezazos (el primero desviado, el otro atajado por Lee). Pero a falta de 10 minutos, llegaría el 5-3 definitivo, tras un tiro de esquina pasado, Torres la metió al medio, y allí apareció solo José Augusto para meter la cabeza y el gol. Y así se acabó. Los portugueses habían conseguido la hazaña, de la mano de una extraordinaria actuación de su máxima estrella. El sueño norcoreano llegó a su fin, y recién volverían a un Mundial en 2010. En semifinales, Portugal cayó ante Inglaterra, pero luego, venció a la Unión Soviética y ganó el tercer puesto.
PUESTO NÚMERO 17
Brasil vs. Italia (21 de junio de 1970)
Brasil: Félix; Carlos Alberto, Brito, Piazza, Everaldo; Clodoaldo, Gérson; Jairzinho, Tostão, Pelé, Rivelino. DT: Zagallo.
Italia: Albertosi; Burgnich, Cera, Rosato, Facchetti; Bertini (Juliano), Domenghini, De Sisti; Mazzola, Riva, Boninsegna (Rivera). DT: Valcareggi.
El Brasil del 70 fue un equipo inolvidable por varias cuestiones que no analizaremos aquí (?). Para coronarse, le faltaba ganar el último partido, la final ante la siempre difícil Italia. Por primer vez en la historia, dos campeones jugaban el encuentro decisivo. Y no solo estaba en juego el título mundial, sino que también había un extra. Quien ganara el certamen se quedaría definitivamente con el trofeo Jules Rimet. Como saben, el primer equipo que se adjudicara tres veces el Mundial, sería el propietario del galardón. Y tanto Brasil como Italia tenían dos título en su haber, junto con Uruguay, que justamente fue semifinalista y cayó ante el equipo de Pelé. Italia, en tanto, llegó a la final tras vencer a Alemania Occidental en un inolvidable partido que luego será repasado. Como sea, la final en el Estadio Azteca. Riva avisó con un potente zurdazo que Félix mandó al córner. Pero Italia se notaba que estaba fisicamente liquidada del partido de semifinal. Luego, un centro de Mazzola encontró al propio Riva solo por atrás de la jugada, pero su cabezazo se fue afuera.
Pero a los 18, Rivelino metió un centro de primera y en el área apareció Pelé, que saltó como nunca (?), superando por mucho a Burgnich y marcando de cabeza el 1-0 ante un pobre Albertosi que nada pudo hacer. Pero nunca hay que dar por muerto a Italia, y a los 38, un mal pase de Brito y una peor resolución de Clodoaldo le permitieron a Boninsegna robar el balón, eludir a Félix y marcar la igualdad. Brasil tuvo la chance de anotar el segundo, pero Pelé, si, justo él, erró un gol increíble, solo, llegando solo por atrás de la defensa tras un magnifico buscapie de Carlos Alberto. En el segundo tiempo, en una contra Boninsegna abrió a la derecha para Domenghini, y este metió un centro-arco que se desvió y casi se le mete a Félix. Y de repente, Brasil se acordó que había ganar, y en 20 minutos destruyó a la azurra. A los 21 del complemento, Gérson marcó un golazo con un fuerte remate desde afuera del área que se metió contra el segundo palo de Albertosi. Cinco minutos después, el propio Gérson metió un centro desde mitad de cancha hasta el punto penal, donde apareció Pelé para bajarle la pelota a Jairzinho, que la acomodó con el muslo y cuando quiso rematar le erró a la bocha, pero Albertosi se “comió el amague” y la pelota entró igual. Italia estaba exhausta, y encima, Pelé casi anota el cuarto, quedando mano a mano tras una gran jugada colectiva, pero su remate fue muy bien atajado.
Y si hablamos de jugadas colectivas… 41 minutos, recuperó Tostão en la posición de 3 y tocó para Brito, este para Clodoaldo, este para Pelé y este para Gérson. Pelota de nuevo para Clodoaldo, que con simples movimientos se sacó de encima a cuatro italianos y se la entregó a Jairzinho, que le dio un pase a Pelé. Este, en la puerta del área, entendió a la perfección el gesto que le hizo Gérson desde adentro del área: que abra la pelota a la derecha. Por allí venía a la carrera Carlos Alberto, como una locomotora sin control (?), y pateó de primera, marcando así el mejor gol del Mundial y uno de los mejores en la historia de la competencia. En 20 minutos, Brasil le hizo tres goles a Italia y podrían haber sido más. El equipo de Pelé ganó el Mundial de punta a punta, y encima, se quedó definitivamente con la copa Jules Rimet, aunque fue robado en 1983 y nunca jamás fue encontrado. A partir del Mundial de 1974, comenzó a jugar (?) el actual trofeo. Ah, y el 10 se convirtió en el primer y hasta ahora único futbolista en ganar tres veces el certamen.
PUESTO NÚMERO 16
Brasil vs. Argentina (24 de junio de 1990)
Brasil: Taffarel; Rocha, Galvão (Renato Gaúcho), Gomes; Jorginho, Dunga, Alemão (Silas), Branco; Müller, Careca, Valdo. DT: Lazaroni.
Argentina: Goycochea; Monzón, Simón, Ruggeri; Basualdo, Troglio (Calderón), Giusti, Olarticoechea, Burruchaga; Caniggia, Maradona. DT: Bilardo.
Tras una floja primera ronda, Argentina clasificó con lo justo a los octavos de Italia 90. Y al campeón defensor le tocó nada más y nada menos que Brasil, en lo que era la cuarta edición del gran superclásico a nivel selección en una Copa del Mundo. Lejos de ser un equipo de temer, la verdeamarelha llegaba mejor que la albiceleste, que no jugaba a nada y era muy dependiente de un Maradona que ya no corría como en el 86 y que encima estaba en una pierna. Aún así, seguía siendo el mejor del mundo. Pero Brasil arrancó mejor, y un toque de Alemão, dejó pagando a Monzón y Careca encaró al último hombre, Simón. Entró al área, enganchó haciendo pasar al marcador, pero no pudo afirmarse para patear, y su tiro fue mandado al córner por Goycochea. Primer aviso. Luego, de un tiro de esquina, el balón fue peinado, y por atrás apareció Rocha, que no llegó por centímetros a desviar a gol (?). Segundo aviso. Y la cosa no parecía mejorar, porque luego, un centro de Branco al punto penal encontró solo a Dunga, que cabeceó directo al palo. Tercer aviso.
Cuando iban 39 minutos, hubo falta sobre Troglio. Entraron a atender al golpeado, y el resto aprovechó para hidratarse. Branco cometió el inocente error de pedirle agua a los argentinos DIRIGIDOS POR BILARDO. En fin. Segundo tiempo. Careca desbordó a Monzón, metió un centro pasado, y Goycochea, con desesperación, manoteó la pelota y esta dio en el travesaño. La defensa no pudo rechazarla bien, y le quedó a Alemão, que de afuera del área pateó al arco, y el tiro dio en el palo. Cuarto aviso. Argentina no hacía pie, y la primera que tuvo fue después del vendaval fue mediante un remate de Burruchaga que Taffarel mandó al córner. Brasil respondió con un centro de Müller que peinó Careca y se fue a centímetros del segundo palo de Goycochea. Vamos por el quinto aviso. Brasil era mejor pero no la podía meter. Y hay una máxima en el fútbol… 35 minutos del segundo tiempo. Recibió Maradona detrás de mitad de cancha. Enganchó y se sacó de encima a Alemão, resistió una patada de atrás, le salió Rocha, y cuando lo rodeaban tres, la magia. Toque de derecha para habilitar a Caniggia, que había quedado solo. Eludió a Taffarel y marcó el 1-0. Delirio. Cinco minutos después, Basualdo hizo una gran maniobra individual, dejó atrás la defensa brasileña y se fue cara a cara con el arquero, pero antes de entrar al área, recibió una fuerte falta desde atrás por parte de Gomes. Infracción y roja para el defensor. Maradona casi la cuelga del ángulo desde ese tiro libre, pero Taffarel brilló y la sacó.
Brasil entró en caos, y Argentina aprovechó, se cerró bien por primera vez en el partido, y dejó correr el tiempo. Se acabó, y el campeón defensor avanzó a cuartos. Terminado el partido, Branco denunció que el agua que le dieron los argentinos tenía algo, puesto que estuvo adormecido todo el segundo tiempo. Nunca se pudo probar nada. Se dice que Galíndez, el utilero de la albiceleste, había puesto somnífero en un bidón. El que usó Branco. Uno que era de otro color a los demás. La denuncia quedó en nada, pero el bidón y el supuesto hecho pasó a la historia. Años después, el propio Branco reveló que Bilardo supo decirle que “en el fútbol vale todo”. Argentina ganaría por penales a Yugoslavia y a Italia, y luego perdería la final con Alemania Occidental. ¿Brasil? Ganaría el Mundial del 94, con varios de los derrotados en este encuentro. Entre ellos, Branco.
PUESTO NÚMERO 15
Estados Unidos vs. Inglaterra (29 de junio de 1950)
Estados Unidos: Borghi; Keough, Maca; McIlvenny, Colombo, Bahr; Pariani, Souza, Wallace, Souza, Gaetjens. DT: Jeffrey.
Inglaterra: Williams; Ramsey, Aston; Wright, Hughes, Dickinson; Mannion, Finney, Mullen, Mortensen, Bentley. DT: Winterbottom.
El Mundial de 1950 dejó más que el encuentro final. En la segunda fecha del grupo 2, jugaban Inglaterra y Estados Unidos. Algo de contexto. Inglaterra era considerada la selección más fuerte del mundo, ganando 23 de los 30 partidos que jugaron post guerra, pero este era su primer Mundial, puesto que se había desafiliado de la FIFA por conflictos varios. Cuando decidieron volver junto a las otras naciones británicas, jugaron eliminatorias y clasificaron. Golearon en sus amistosos previos, y le ganaron 2-0 a Chile en la primera fecha. Estados Unidos era un equipo menor que no paraba de perder fuera de su confederación, y por goleada, además de que claramente su equipo era amateur. Además habían perdido 1-3 en el debut contra España. Para hacernos una idea, las casas de apuestas pagaban 3-1 a que Inglaterra ganara el Mundial, mientras que la apuesta a favor de Estados Unidos era 500-1.
Cuando apenas iba un minutos, los ingleses casi abren el marcador con un remate de Bentley que el arquero Borghi alcanzó a sacar al córner. Los reportes dicen que antes de los 15 minutos, Inglaterra ya había rematado seis veces, dos de esos tiros fueron a los palos, dejando en claro que eran superiores. Pero el encuentro seguía 0-0. Cuando a los 25 minutos Estados Unidos tuvo su primer remate al arco, la respuesta fue terrible, ya que Inglaterra tuvo tres tiros en tres minutos. Pero, lo mismo que antes, seguíamos 0-0. Y a los 37, recibió por el costado derecho del ataque “yanqui” Bahr, y remató al arco, siendo la pelota desviada por Gaetjens, nacido en Haití. Gol de Estados Unidos, y sorpresa. Finney tuvo el empate antes del entretiempo, pero erró al arco. El complemento fue mano a mano, ataque por ataque. Cuando iban 37 minutos, Colombo le cometió infracción a Mortensen. Los ingleses pidieron penal, pero el árbitro dio tiro libre. Ejecutó Ramsey, Mullen cabeceó, pero con lo justo Borghi sacó la pelota. Inglaterra pidió gol, pero el árbitro dijo que no.
En la última del partido, el estadounidense Wallace eludió al portero Williams, pero su remate fue sacado en la línea por Ramsey. Pero no hubo más tiempo, y Estados Unidos metió uno de los grandes batacazos de los Mundiales. En la siguiente fecha, Inglaterra perdió con España, mientras que Estados Unidos cayó ante Chile, dando como resultado la clasificación al cuadrangular final del equipo español. La actuación inglesa fue un resonante fracaso. Hay una leyenda que dice que algunos diarios creyeron que el resultado 1-0 era un error de tipeo o de transmisión, y publicaron que el encuentro había terminado 10-0 u 10-1 a favor de Inglaterra. Pese a que ha sido desmentido e incluso no hay evidencia de esto, elijo creer (?). Estados Unidos no volvió a ganar un partido por Copa del Mundo hasta el ya reseñado 2-1 a Colombia en 1994.
PUESTO NÚMERO 14
Corea del Norte vs. Italia (19 de julio de 1966)
Corea del Norte: Lee; Shin, Lim, Oh, Ha; Im, Han, Kim; Pak DI, Pak SZ, Yang. DT: Myung.
Italia: Albertosi; Facchetti, Guarneri, Janich, Landini; Barison, Bulgarelli, Fogli, Perani; Mazzola, Rivera. DT: Fabbri.
Hace poco (?) leyeron sobre la épica remontada de Portugal ante Corea del Norte en los cuartos del Mundial 66. Para llegar a ese partido, los asiáticos solo tuvieron que mandarse el triunfo más importante de su comunista historia (?). Tercera fecha del grupo 4. ¿El rival? Nada más y nada menos que Italia, una poderosa selección que tenía dos puntos, uno más que Norcorea. Y el partido comenzó lógico. Pésima salida de Corea desde el fondo, recuperación italiana y habilitación para Perani, que se sacó de encima un defensor y desde la puerta del área chica fusiló al arquero Lee, pero este se mandó la atajada de su vida con una fenomenal respuesta. El propio Perani tuvo la chance de revancha, tras un centro desde la izquierda que alcanzó a puntear antes de que Lee llegara al balón, pero la pelota se fue rozando el palo. Italia parecía mejor, y otra vez Perani tuvo un mano a mano, pero no definió bien y Lee atajó. Y si, si erras tanto… Rechazo de la defensa italiana, la pelota fue cabeceada por un defensor norcoreano y le llegó limpia a Pak DI, que dentro del área pateó al segundo palo y enmudeció a todos. Ganaba la Corea mala (?) por 1-0.
Ya en el complemento, Rivera remató de media distancia buscando el ángulo, pero otra vez Lee la sacó. El arquero parecía invencible, como si estuviera con algún super germen comunista (?). Luego fue Fogli el que erró su chance, al cabecear en soledad casi en el punto penal, ante la mala salida del portero. Luego apareció nuevamente Rivera, abriendo para Barison, que llegó hasta el fondo y su centro, mal tirado, dio en el palo de Lee. El propio Pak DI tuvo de contra la chance de marcar el segundo, pero no pudo vencer a Albertosi. Italia seguía atacando, pero cada vez tenía menos piernas y menos ideas, y quedaba regalada en las contras, siendo que en dos oportunidades casi los embocan por esa vía, y solo zafaron por la falta de puntería de los asiáticos. Pero aún así, la hazaña se consumó. Ganó Corea del Norte, y lo festejaron como un título. Italia quedó eliminada. Al otro día, la Unión Soviética derrotó a Chile, y de esa manera, confirmó la clasificación de los norcoreanos a los cuartos de final del Mundial.
En esa instancia, como ya sabrán, cayeron 5-3 ante Portugal luego de ir tres goles arriba. O sea, estuvieron a nada de meterse en las semifinales de un Mundial. Durante mucho tiempo, circuló la leyenda de que el goleador Pak Doo-ik era dentista, pero aparentemente no es cierta. Digo “aparentemente” porque todo lo relacionado con Corea del Norte tiene un halo de misterio desde el principio de los tiempos, pero hasta lo que se sabe, era futbolista de tiempo completo. Luego del Mundial, fue ascendido a sargento del Ejército, pero decidió dejar esa actividad y también el fútbol, para dedicarse a ser entrenador de gimnasia. ¿Porque? Quien sabe, un tipo que se manda semejante logro puede hacer lo que quiera.
PUESTO NÚMERO 13
Argentina vs. Camerún (8 de junio de 1990)
Argentina: Pumpido; Ruggeri (Caniggia), Simón, Fabbri; Basualdo, Lorenzo, Batista, Sensini (Calderón), Burruchaga; Balbo, Maradona. DT: Bilardo.
Camerún: N'Kono; Tataw, N'Dip, Kundé, Massing, Ebwellé; M'Bouh, Kana-Biyik, M'Fédé (Libiih); Omam-Biyik, Makanaky (Milla). DT: Nepomniachi.
Partido inaugural de Italia 90. El campeón defensor, Argentina, enfrentaba a Camerún. En la previa del partido, se sabía que los africanos no eran un equipo fácil, pero se descontaba un triunfo sudamericano. Los africanos plantearon un partido físico, o sea, golpear. Sabían que Argentina iba a salir a jugar liviano, puesto que el objetivo original del defensor del título era llegar a la final, por lo que podía regular en la fase de grupos. Y Camerún encima venía de fracasar en la Copa de África en marzo del 90. Y bueno, tan cual como planteó el encuentro el soviético Nepomniachi es como se dio. Argentina no jugó un gran encuentro, y Camerún pegó y pegó. La primera chance fue de Balbo a los dos minutos, que tras recibir de Maradona en otra contra, le apuntó a N’Kono. Luego, Sensini tuvo un remate tras un rebote, pero otra vez al cuerpo del arquero.
A los 17 minutos, tras un córner de los africanos, se generó una contra comandada por Maradona. La pelota quedó a la altura del pecho del 10, y cuando trató de habilitar a un compañero, recibió una atroz patada en el pecho por parte de N’Dip. Insólitamente, el árbitro francés Vautrot solo amonestó al defensor de Camerún. Luego, tras un pase en profundidad buscando a Makanaky y una mala salida de Pumpido, Basualdo se llevó puesta la pelota y Ruggeri la sacó en la línea cuando era gol africano. Ya en el segundo tiempo, se generó otro contraataque argentino, y cuando Caniggia cruzó con pelota dominada la mitad de cancha, recibió una falta de atrás por parte de Kana-Biyik, y este vio la roja. En este caso, para mi Vautrot se apura, pero porque sabía que debía compensar la no expulsión de N’Dip. Cinco minutos después, Lorenzo cometió una falta en su sector. Ese centro, mal tirado, fue levantado en el primer palo por Makanaky, la pelota se elevó, Sensini no saltó pero Omam-Biyik si, el camerunés cabeceó y el balón se le escapó de las manos a Pumpido, para marcar el 1-0 africano.
La respuesta fue una jugada colectiva que terminó con Caniggia desbordando por derecha, metiendo el centro, y Balbo errando el cabezazo. A falta de un minuto, Camerún perdió la pelota mientras atacaba, le quedó a Caniggia y empezó a correr. Le tiraron una fuerte zancada, pero siguió de pie. Le tiraron otro, pero no pudieron tirarlo. El tercer defensor, Massing, le metió un patadón que no solo lo hizo volar por los aires, sino que hasta le sacó el botín. Vautrot dudó, pero le sacó al camerunés su segunda amarilla. Pero no hubo tiempo para más. Con nueve jugadores, Camerún dio la nota y le ganó a Argentina.
PUESTO NÚMERO 12
España vs. Corea del Sur (22 de junio de 2002)
España: Casillas; Puyol, Hierro, Nadal, Romero; Joaquín, Helguera (Xavi), Valerón (Luis Enrique), Baraja, De Pedro (Mendieta); Morientes. DT: Camacho.
Corea del Sur: Lee WJ, Choi, Hong, Kim TY (Hwang); Song, Kim NI (Lee EY), Yoo (Lee CS), Lee YP; Park, Ahn, Seol Ki-hyeon. DT: Hiddink.
La victoria de Corea del Sur sobre Italia estuvo llena de polémicas, como ya leyeron. Ahora le tocaba España en cuartos de final, encuentro arbitrado por el egipcio Al-Ghandour, secundado por los jueces de línea Ali Tomusange, de Uganda, y Michael Ragoonath, de Trinidad y Tobago. Nacionalidades un tanto extrañas para semejante instancia de un Mundial, pero bueno. En fin, hora del partido. El primer tiempo fue bastante parejo y bien jugado. Arrancó mejor Corea del Sur, pero de a poco, España se paró mejor y comenzó a controlar las acciones del encuentro. En 16 minutos, la primera clara fue una chilena de Baraja que se fue cerca. A los 27, Morientes cabeceó un centro, pero Lee Woon-Jae atajó. Fue muy clara. En los últimos cinco minutos, el propio Morientes, De Pedro y Hierro contaron con situaciones importantes. Pero todo terminó 0-0. Ya en el segundo tiempo, aparecieron las figuras de… los árbitros. Cinco minutos iban, cuando De Pedro ejecutó un tiro libre, Baraja cabeceó en el punto penal, y marcó su gol. Pero Al-Ghandour anuló el tanto por una supuesta falta. No hubo nada de eso, fuera de juego tampoco. Bueno.
A los 25, tras un tiro de esquina, la pelota le quedó por detrás de la jugada a Park Ji-Sung, que fusiló a Casillas, pero el arquero la sacó brillantemente. De a poco, España mermaba en su físico, todo lo contrario a los coreanos. Sobre el final, Park Ji-Sung tuvo otra chances, pero nuevamente ganó Casillas. Final de los 90 reglamentarios, tiempo del alargue. Y el encuentro aquí mutó. España sacó fuerzas de donde no tenía. Pero no contó con los árbitros. Iban dos minutos cuando Joaquín desbordó por derecha, metió el centro para Morientes, y este marcaba de cabeza el gol de oro. Pero les anularon el gol. ¿Porque? El línea cobró que la pelota había salido. Bueno, ni cerca estuvo de salir la pelota. Quizás solo el 10% salió. Ni siquiera era una jugada fina. Corea, impecable físicamente, apenas contó con un remate de Ahn a los cinco del primer suplementario. A los 10, Morientes recibió dentro del área y remató, pero su tiro dio en el palo, y Mendieta falló en el rebote. Además de esto, a los españoles les cobraron tres offsides que no eran. Primero, a Joaquín a los 9 del primer tiempo. Luego a Luis Enrique a los 5 del segundo tiempo. Cuando recibe el pase y se va solo ante el arquero, había un defensor claramente delante de él. Y finalmente, a los ocho, le cobran offside a Mendieta cuando nuevamente se iba solo ante el portero, pero el español estaba en la misma línea que el último defensor. España ya se puso muy nerviosa, y poco pudo hacer. Penales.
4-3 iba la definición para Corea, con 100% de efectividad, cuando le tocó el remate a Joaquín, figura del partido. Y como es usual, la figura erra, Y pasó. Eso si, el arquero Lee se adelantó hasta casi la puerta del área chica. ¿Cobraron algo? Obvio que no. El turno de Hong, y este convirtió. Ganó 5-3 Corea, y se metió en semifinales. Pero el papelón estaba consumado. Habían favorecido notoriamente a los locales, otra vez. En el siguiente partido, Alemania frenó el avance coreano al ganarle 1-0, no sin antes temer por otro robo. Pero esa vez, no se dio. Años después, el árbitro Al-Ghandour dijo que su actuación había sido impecable (!) y que los fallos fueron de los jueces de línea, que él debía apoyarse en ellos. Un poco de razón puede tener en eso, pero vamos, no somos tontos tampoco. En 2015, tras el escándalo en FIFA, se dieron a conocer documentos que decían que el camino de Corea hasta semifinales estaba comprado, siendo la misma FIFA la que ayudó a los locales para llegar lejos en la Copa, siendo el corrupto Jack Warner el encargado de colocar los árbitros y líneas en los partidos ante Portugal, Italia y España.
PUESTO NÚMERO 11
Argentina vs. Perú (21 de junio de 1978)
Argentina: Fillol; Olguin, Galván, Passarella, Tarantini; Bertoni (Houseman), Ortiz, Gallego (Oviedo), Larrosa; Luque, Kempes. DT: Menotti.
Perú: Quiroga; Duarte, Chumpitaz, Manzo, Rojas; Quesada, Velásquez (Gorriti), Cueto, Cubillas; Muñante, Oblitas. DT: Calderón.
Brasil había vencido a Polonia 3-1 en la última fecha del grupo B en la segunda fase del Mundial 78. Esto obligaba a Argentina a ganar por cuatro goles a Perú, que era nada más y nada menos que el campeón de la Copa América. En caso de no darse una goleada, Brasil jugaría la final y Argentina debería conformarse con jugar por el tercer puesto. Empecemos con el partido en si. Iban 10 minutos cuando un pelotazo encontró a la Argentina mal parada. Muñante ganó la posición y remató ante la salida de Fillol, dando su tiro en el palo. Cinco minutos después, Oblitas fue el que desperdició una chance clara. Y cuando el local tuvo la primera, no perdonó. Pared entre Kempes y Passarella, pelota para el primero, que le ganó a la marca, entró al área, y definió excelentemente para el 1-0. A los 25, Luque remató pero la pelota dio en el palo, salvandosé así Perú. Y a los 43, Tarantini de cabeza si pudo, y así Argentina se iba al descanso dos goles arriba.
Y a los tres minutos, fue Kempes quien aprovechó tras una pared con Luque dentro del área peruana y la pasividad de los defensores para marcar el 3-0. Y un minuto después, la pelota llegó a Larrosa en la izquierda, metió un centro pasado que Passarella metió al medio, donde apareció Luque para empujarla. Que partido para Leopoldo Jacinto, que había perdido a su hermano días antes en un accidente de autos. Argentina ya tenía los cuatro goles que necesitaba, pero faltaba más. A los 22, Ortiz corrió hasta el fondo nuevamente por la izquierda y metió el centro por lo bajo para la aparición goleadora de Houseman. Y cinco minutos después, llegó el sexto. Pelota para Gorriti, que la perdió insólitamente, recuperó Larrosa, pase para Luque, y este marcó. Argentina tenía lo que necesitaba, y dejó correr los minutos. Ganó 6-0, se quedó con su zona, y clasificó a la final.
Cuanto se habló de este partido. Se dijo que Argentina arregló el partido. Que pagó 50 millones de dólares a los jugadores rivales y que entregó 35 mil toneladas de trigo a Perú. Que amenazó a los peruanos, sobre todo al arquero Quiroga, nacido en Argentina. Que el propio Videla, junto con Henry Kissinger, bajó al vestuario del Perú para “charlar” con los futbolistas. Que la junta militar organizó todo para ver a Argentina campeona. Que el “Plan Cóndor” estaba involucrado. Que Perú aceptó ir para atrás pero usó la camiseta suplente para no manchar los colores patrios. En fin, mil cosas, mil teorías, nada comprobado nunca jamás. Todo lógico lo que se dijo, pero sin pruebas. Argentina ganaría un Mundial lleno de dudas y polémicas fronteras afuera, como hiciera Italia en el 34 o Inglaterra en el 66, pero como en esos casos, las sospechas también quedaron en eso.
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