Claro, la situación de los palestinos es muy compleja (más desde que Trump tomó partido por Israel), y eso abarca absolutamente todo aspecto de la vida de esta gente. Y como en gran gran parte del mundo, el fútbol no es la excepción.
Antes de la finalización de la Primera Guerra Mundial y de la caída y desintegración del Imperio Otomano, los británicos ya ocupaban la zona de Palestina. En 1922, la Sociedad de Naciones oficializó la creación de un "mandato" (territorio colonial de los países derrotados en la WWI que pasaban a manos de los ganadores en una especie de protectorado). El Mandato británico de Palestina nació así, y existió hasta 1948. En ese año, como tienen que haber visto en el video, aparece Israel y todo el quilombo. Como fuese, ya en 1928 se creó una selección palestina, con jugadores árabes, judíos y británicos, y fue admitida por la FIFA en 1929, incluso llegando a competir en las eliminatorias para Italia 1934 (cayendo en un mano a mano ante Egipto, que clasificó a la Copa)
En 1948, la Federación de Palestina pasó a ser la Asociación de Fútbol de Israel, o al menos eso considera FIFA, que cuenta al equipo del Mandato británico de Palestina como antecesor de Israel (así como la Unión Soviética es antecesor de Rusia, por ejemplo). Recién en 1952 nació la actual Federación Palestina, pero recién fue aceptada por la FIFA en 1998 (!), cuando fue creada la Autoridad Nacional Palestina. Sinceramente, no es el asunto principal hablar de la selección nacional palestina, pero en Wikipedia está muy completo su andar histórico. Obviamente nunca jugó un Mundial y tampoco un Juego Olímpico, pero en 2015 clasificó a su primera Copa de Asia, y dirá presente nuevamente en 2019.
Con el pasar de los años, el conflicto palestino-israelí fue recrudeciendo por diversos motivos. Una de las consecuencias fue la ocupación de Israel de muchos sectores que pertenecían a Palestina, tras victorias militares. Eso creo la situación de que Israel ocupe gran parte del territorio, dejando a los palestinos casi aislados en dos sectores principales, que son Cisjordania y la Franja de Gaza. Volviendo al fútbol, estos dos terrenos separados por apenas 60 kilómetros imposibilitan una liga nacional palestina, por lo que cada territorio tiene su propio campeonato (y su propia copa). ¿Porque? Para cruzar de una zona a otra, es necesario un permiso otorgado por Israel, que muchas veces son negados sin motivo o demorados con largos trámites burocráticos que impiden el normal desarrollo de un simple torneo de fútbol. Eso sin contar el asedio militar. Recuerden esto para más adelante.
Cisjordania es el torneo más organizado de ambos. Es profesional, y desde 2008 se juega ininterrumpidamente. Además, el campeón de esta liga clasifica a la AFC Cup, la segunda copa de clubes en importancia de Asia (o sea, al nivel de una Copa Sudamericana o una Europa League). En la actual edición (17/18) cuenta con 12 participantes. En tanto, en Franja de Gaza la cosa es distinta. El torneo es amateur, no clasifica nadie a un torneo internacional y es más normal que los torneos no finalicen. En la temporada 17/18 también cuenta con 12 participantes. Tanto Cisjordania como Franja de Gaza cuentan con una segunda división, y además (lo que nos compete) con una copa.
Said Alsbakhi celebra su gol para el triunfo de Shabab Rafah. |
Ahli Al Khalil no solo había ganado las ediciones 2015 y 2016 de las copas de Cisjordania, sino también habían ganado las finales palestinas (2-1 el global a Al-Ittihad Shejala en 2015 y mismo resultado global en 2016 ante Shabab Khan Younes). Iba por el tricampeonato nacional.
El 1° de agosto de 2017 se jugó la ida. Shabab Rafah ganó 2-0 de local, aunque Ahli Al Khalil tuvo varias bajas en su plantel porque varios jugadores (al menos cuatro) no fueron autorizados a viajar por las autoridades israelís. Como fuese, Shabab Rafah se impuso con dos goles en el complemento, con goles de Said Alsbakhi (penal) y de Mohammad Abu Dan. La revancha no estuvo exenta del mismo problema, ya que 10 jugadores de Shabab Rafah fueron baneados para viajar de Gaza a Cisjordania, incluyendo dos de los tres arqueros del plantel. ¿Porque? Por "razones de seguridad", según el Ministerio de Defensa de Israel. Supuestamente, Shabab Rafah presentó solicitudes de entrada demasiado cerca de la fecha de partida prevista para los jugadores y el personal, por lo que las autoridades israelíes "no tuvieron tiempo suficiente para investigar". Vale recordar que Gaza estuvo hasta el año pasado gobernado por Hamas, organización palestina que se declara como "yihadista, nacionalista e islámica" y es considerada como terrorista por Estados Unido e Israel, entre otros (aunque en los últimos años, intentó sin mucho éxito calmar la situación, lo que llevó a que ISIS le declare la guerra).
Igualmente, el partido de vuelta se jugó el 4 de agosto, y a pesar de solo contar con 15 jugadores, Shabab Rafah resistió. Empató 0-0 y se consagró campeón palestino. El entranador del campeón, Khaled Kweik, declaró post partido a la AFP que el triunfo (primera vez que el equipo ganaba la copa) fue una "victoria histórica". Shabab Rafah, además, fue subcampeón de la liga de Franja de Gaza, un punto por debajo de Al-Sadaqa. En tanto, en la liga de Cisjordania, el campeón fue Hilal Al-Quds (Ahli Al Khalil fue 3°).
Como dije anteriormente, la Copa de Palestina no entrega plazas internacionales, solo clasifica el campeón de Cisjordania a la ya mencionada AFC Cup. Y allí, Hilal Al-Quds tuvo debut y despedida al caer en el playoff previo a la fase de grupos, siendo eliminado por el Al-Suwaiq de Omán (derrota 0-1 de local y empate 1-1 de visitante). En 2015 y 2016, Palestina tuvo dos cupos para la AFC Cup (en ambos casos para el campeón de liga y el campeón de copa), pero eso lamentablemente se modificó. Hasta 2013, los equipos palestinos jugaban la Copa del Presidente de la AFC, tercera copa en importancia, pero esta dejó de jugarse en 2014.
Obviamente, el conflicto entre palestinos e israelís sale a flote por todo. El caso más reciente, relacionandoló simplemente con el fútbol, fue el pedido en octubre de 2016 de Asociación Palestina de Fútbol (PFA, siglas en inglés) de que FIFA obligue a Israel a que expulsara a seis equipos de su liga, porque estaban ubicados en colonias judías en territorio palestino ocupado. "Esperamos que la FIFA actúe de conformidad con sus estatutos y las normas del Derecho Internacional. La FIFA no puede ni debe ser cómplice de actos constitutivos de crímenes de guerra", declaró a EFE Gonzalo Boye, abogado de la PFA. Se presentó un material al Comité de Supervisión Israel-Palestina que dejaba en claro (según Boye) que "esos clubes (de las colonias de Maalé Adumim, Ariel, Oranit, Bikat Hayarden y Givat Zeev) juegan en territorio palestino", algo que prohíbe el propio estatuto de FIFA.
Incluso, la ONG israelí Keren Navot expuso en un informe que el modo de adquisición de los terrenos en los que se encuentran los seis campos de fútbol involucrados fueron ilegales de acuerdo a la ley internacional, y "construidos en tierra confiscada de comunidades palestinas para uso exclusivo de colonos israelíes". Además, Human Rights Watch (HRW) instó a FIFA a exigirle a Israel que impida partidos de fútbol en los asentamientos judíos, "a fin de cumplir con sus responsabilidades de derechos humanos". Incluso, en abril de 2017, el presidente de la PFA, Jibril Rajub, llamó a la FIFA para que directamente excluya a Israel del mundo fútbol por este asunto.
¿Y que pasó? La FIFA se lavó las manos, como hacen todos, ya que dijo que debía "preservar su neutralidad en cuestiones políticas". Gianni Infantino, presidente de la FIFA, dijo que el conflicto era "excepcionalmente complejo" y que "el fútbol no va a ser el que encuentre la solución".
Actualmente, y por primera vez en la historia, Palestina está mejor ubicada que Israel en el ranking mundial, justo dos meses después de que la FIFA decidiese no intervenir en el conflicto antes mencionado. Jibril Rajub dijo que este fue un logro histórico, conseguido a pesar de las restricciones israelís. "Con esta clasificación, hemos derrotado las medidas de la ocupación y su acoso diario, desde la prevención de la libertad de movimiento de los atletas hasta todas las medidas que impiden el deporte palestino", dijo. En tanto, desde la Asociación de Fútbol de Israel (IFA, siglas en inglés) dijeron que que el mismísimo Ministro de Deportes del país había ordenado la formación de un comité para examinar las razones de la falta de éxito, y además agregaron que deseaban a los palestinos "lo mejor, como siempre". También dijeron que estaban dispuestos a jugar un partido amistoso contra ellos en cualquier momento. Vale decir que Palestina e Israel jamás se han enfrentado en el mundo FIFA, ni en mayores ni en juveniles, ni en rama masculina ni femenina, ni oficial ni amistosamente, y tampoco en fútbol playa o futsal.
Hasta octubre de 2017, Israel siempre tuvo un puesto más alto (en ese momento estaba en el 82° lugar, con 420 puntos, contra los 418 de Palestina, que estaba 84°). Para noviembre, la situación se dio vuelta por primera vez. Palestina se ubicó 82°, con 427 puntos, mientras que Israel bajó hasta el puesto 98°, con 355 puntos. Y sigue así. Palestina terminó diciembre en el puesto 80°, en el 75° en enero y 73° en febrero. En tanto, Israel terminó esos meses en los puestos 98°, 99° y 98°, respectivamente. En esta hermosa tabla de FIFA podemos ver la evolución de los rankings. Fundamental la clasificación antes mencionada de Palestina a las Copas de Asia 2015 y 2019 para entender este crecimiento. Israel, en cambio, cada vez gana menos en sus intentos de jugar su segundo Mundial o su primera Eurocopa.
Posiblemente no vivamos para ver la solución a este conflicto. Posiblemente el remedio a esta situación no se alcance con paz y diálogo. Ojalá que si. ¿Puede el fútbol ayudar? Poco, creo, pero algo puede aportar. Pero no viene por ahí. Aunque en estos tiempos, difícil que algo aparezca.
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